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L  A  U  R  A

La cara de Adam se deforma.

¿Porque siempre tengo que mentir?, ¿Porque simplemente no le digo que lo hago por miedo?, ¿Porque no le digo que tengo miedo a Amarlo?

Por Cobarde por eso.

—Esci dalla mia testa Brown —susurra, me le quedó viendo sorprendida, ¿Cómo sabe esa frase?, la dije anoche cuando estaba a punto de dormir

—¿Me has estado vigilando? —pregunto en un hilo de voz

—Cuando pienso en mi infancia, Zion toma el control de mi cuerpo, y me obliga a hacer cosas que no quiero hacer —una punzada en mi pecho casi me obliga a doblegarme.

Se acerca a mí peligrosamente, no me había dado cuenta que tiene una pequeña navaja en la mano. Entonces, yo tenía razón. Adam no siente ni sentirá algo por mi, solo quiere hacerme daño. ¿Porque no lo sospeche antes?

Soy una mujer fuerte, sin embargo, eso es solo en el Noventa y ocho porciento de mi, el otro dos porciento es una mujer débil. Es como un omega necesitando protección, amor. Un omega que necesita a su Alfa, un Alfa que ya la ha rechazado y que está a punto de morir.

Pone su mano en mi mejilla, y la otra la deja en uno de sus costados

—Estas mal —entre cierrolos ojos y funzo el ceño confundida ¿Qué quiso decir con eso?.

—Lo sé —susurro.

De la nada la puerta de mi despacho es brutalmente abierta por Fabiola haciendo que Adam se aleje de mi.

—Laura atrapamos a un Vampiro del gobernador en la Frontera —me dice agitada

—¿Cómo es posible eso? —pregunto con voz fuerte

—Se dirijia a los terrenos de Carl —me contesta

—Vamos —le digo mientras camino tras ella, Adam se queda atrás por unos segundos y luego camina a mi lado.

Salimos de la casa y Fabiola y yo comenzamos a correr, pasamos por la manada y todos se nos quedan viendo, y más aún al ver a Adam corriendo con nosotras. Llegamos al bosque y saltamos cómo si fuéramos a caer en cuatro patas. Una luz blanca sale de nuestro interior y nos cubre por completo por milésimas de segundo y después caemos al piso en nuestra forma animal con Adam atrás de nosotras.

Corremos por el bosque sin importarnos las ramas que chocan con nosotros ya que el pelaje se encarga de protejernos. Corro tan rápido corren mis patas para al fin llegar a la frontera, ahí veo como Javier tiene al Vampiro con una cadena da plata en el cuello, está acostado en el piso intentando liberarse.

Me transformó a humana, un pantalón y una blusa de tirantes deportiva aparecen conmigo.

—¡Valla, Valla! Alfa Laura, es un gusto volver a verla —me dice mostrándome los colmillos

—Carl, tengo a uno —le informo por el link

Sacale toda la información que puedas, y si no habla tu ya sabes como —corta la conexión.

Maldigo por lo bajo

—Levantalo Javier, nos será de mucha ayuda —siento mis ojos cambiar de color. No lo veo nervioso por ver a Adam con nosotras.

Lo levanta por el cuello y lo obliga a caminar atrás de nosotras sin embargo el olor a otro vampiro inunda el lugar.

—¡Laura Cuidado! —escucho que me grita Fabiola.

Inmediatamente volteo a verla y siento una pequeña cortada en el brazo que al instante comienza a arder, miro al piso y veo una flecha con la punta de plata.

Volteo a ver desde donde fue lanzada y ahí veo a una Vampiresa cabello negro largo pálida, de ojos rojos, pongo mi mano en la herida y pongo presion.

—Vallan por ella —le digo a Fabiola y a Javier, ambos comienzan a correr tras ella.

Mierda, no es profunda la herida, pero me duele mucho, hilos e hilos caen de mi brazo, sin poder evitarlo miro a Adam junto en su brazo

Nada, no hay nada.

El brazo de Adam que se supone que debería estar sangrando está como sin nada. A esto se refería victoria cuando dijo lo del lazo, lo que me pase a mi ya no le pasará a el.

Adam mira su brazo y lo sujeta, al parecer el tampoco se esperaba eso, sus ojos me miran con un toque de tristeza, ¿Qué acaba de pasar? Si, eso, Adam y yo, ya no tenemos un lazo que nos una. Ahora ya no hay nada que se interponga en su camino.

***

Llegamos a la casa y Javier se lleva a los dos vampiros a las Catacumbas que hay abajo de la casa. Yo voy a mí habitación y Adam viene atrás de mi. Tomo alcohol y lo pongo en la herida, esto duele mucho, pero tengo que desinfectarla; pongo unas gasas para al final vendarla. Busco a Adam con la mirada y lo encuentro en mi armario, tiene una Sudadera color Mostaza mía, al parecer la está oliendo


Cuando algo le pasa a tu mate, todas sus cosas quedan impregnadas con su olor, a lo mejor y para el es muy llamativo ahora el mío.

—Será mejor que te quedes aquí —le digo asegurando la venda, este me mirá —Lo que viene estará fuerte —este solo asiente, yo salgo de la habitación y me dirijo a las Catacumbas.

Ahí tengo una vista espectacular de todos los artefactos de tortura que tengo. Voy a la celda del Vampiro y lo veo en una cama de piedra con Manos y pies amarrdos.

—¿Me vas a decir lo que sabés? —me paro a un lado de el.

Su cara muestra seriedad, aunque por dentro se está muriendo de miedo, todos son iguales y hacen lo mismo.

—Jamas —responde e inicia a respirar tan rápido, como si le faltase el aire aunque se que no. sonrió

—Lamentaras haber dicho eso —me dirijo a un pequeño tocador dónde saco una caja con pequeñas inyecciones y dagas —Ve dandote por muerto —

Sonrió maliciosa. Dejo caer mi daga más grande en tu rodilla perforandola de golpe. Su grito de dolor se escucha en toda el área, incluso podría decir que por la casa.

—Creeme, esto será muy doloroso y muy lento —saco de golpe el cuchillo de su rodilla y lo clavo en la otra —Habla.

Los hilos de sangre ya han comenzado a descender por la piedra.

—No, no, no puedo —niega mirándome a los ojos pidiendo piedad.

—Tu gobernador no debió mandarlos —niego —Qué el venga y de la cara

Huyendo Del Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora