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L  A  U  R  A

Sale de la casa de Víctoria y se despiden como si fueran los mejores amigos del mundo.

¿Qué está pasando aquí?

Voltea hacia donde yo estoy y me escondo rápido atrás de un árbol.

—Entonces eso querías Adam —susurro para mí misma una vez me aseguro que se haya ido de ahí.

—Tonta, mira lo que ocasionaste, nos acaban de condenar —habla mal, como si le hubieran cortado algo o le doliera.

—¿A ti que te pasa? —Le pregunto. Se tarda unos momentos en contestar, pero al fin me responde.

—Todo lo que le has echo a Adam... Todo el sufrimiento que le has causado... ahora... te lo ha... devuelto —

—¿A qué te refieres? —pregunto confundida

Ha roto nuestro lazo contesta aturdida

—Entre Adam y yo no hay nada —contesto segura negando con la cabeza

No... pero, entre Zion... y yo si —ya entendí.

La poca o pequeña probabilidad de que el y yo lleguemos a sentir algo por el otro era un riesgo para ambos. Con el lazo unido el podía llegar a sentir algo por mí y arrepentirse de todo el daño que me a echo.

Y ahora que lo puede romper. Eso sería letal para mí.

Regreso la mirada a la casa de Víctoria cuando se escucha la puerta abrirse pero no sale nadie.

—¿A quien estamos viendo? —pregunta una voz atrás de mi lo que hace que suelte un grito junto con un brinco —Tranquila hija, no era mi intención asustarte —reconozco su voz al instante y la miro.

Su cabello Rubio amarrado en su chongo característico. A ella la e tomado siempre como una madre, siempre me cuida como una.

—Victoria —suspiro aliviada —Oye, ¿Qué quería el hombre que acaba de salir de tu casa? —le pregunto con curiosidad

—Ese pobre hombre —menciona negando con la cabeza —Tú lo conoces bien Laura —me mira ya sabe quién es y que es de mi, sus ojos me lo dicen todo —Vino a romper el lazo con su mate, una Loba —se encoje de hombros —Será muy duro para ambos, el morirá de desesperación, se le ve muy seguro pero. No durará mucho —al oír la palabra muerte un escalofrío me recorre la columna.

—¿Y ella? —Pregunto sin poder evitarlo

—La pobre chica —me mirá —Ella la va a sufrir más. A partir de hoy —sujeta mis manos con las suyas —Solo le quedan maximo Tres meses de vida.

Quito mis manos rápido de las suyas y retrosedo unos pasos aún sin creerlo. A esto se refería Gabriela, al cortar el lazo Gabriela morirá de tristeza llevándome a la muerte con ella.

—Pequeña —me dice con ojos llorosos —Ve con el, se la pareja que ambos quieren que sean, vivan sus vidas, tengan a sus cachorros, sean felices igual que antes —niego con la cabeza con unas pequeñas lágrimas que amenazan con salir, es todo.

¿Mi vida acabará así? ¿Al final de todo Adam ganará?, ¿Ir con el?, Ser la pareja que ambos queremos ser. Eso no. Lo admito, varias veces he soñado con el, donde somos una gran pareja, y ahí ambos somos somos felices, aunque la verdad, solo ahí seré feliz con el, la vida que deseo formar con el solo será un sueño.

—No me pidas eso por favor —niego con la cabeza

—Dejen todo el odio que fingen tener, eso solo los guiara a la muerte —me dice asustada

—Aunque yo dejé el odio, el no lo hará. Aprovechará la debilidad que le demostraré y me dañará —Me siento en una piedra grande

—No pequeña, tú no lo viste cuando el lazo se rompió, tú no sabes lo que me dijo —Se inca frente a mi

—¿Qué te dijo?.

—Cuando el lazo se rompió el se tiró con las manos al piso, y de la nada comenzó a tocarse el pecho —Zion —Y dijo que ha pensado dejar todo esto, dejar el lazo unido ya que pensaba comenzar de cero contigo y ser los mates que son desde niños, pero que tenía que sacrificar toda su felicidad incluso su vida para ser el mejor de su rango. Y si lo realizaba con el lazo unido a ambos no podría —inclina la cabeza

—Aun asi —me levanto y me pongo las manos en la nuca —Si yo acepto esto, los tigres me matarán y a él los lobos. Entiende, esto es lo mejor para los dos —digo mostrando 2 dedos.

—Tu más que nadie sabes que esto no es asi —susurra —Anda vete, Carl está esperandote —asiento con la cabeza dando la vuelta e iniciar a caminar sin antes no preguntar

—¿El sabe lo que nos pasará a ambos por lo que ha echo? —la miro

—No —niega

Yo solo asiento y me doy la vuelta para por fin llegar a la Carretera y ver a mi carro a unos cuantos metros de mi. Me subo y conduzco a mi manada, a velocidad media, no pensé en morir tan pronto, o al menos no en 3 meses.

Laura ¿Dónde estás? —me pregunta por el link Fabiola.

—En la Carretera, ya voy para aya, ¿Porqué? —le respondo

Adam está en la sala, está exigiendo hablar contigo —maldita sea ¿Porque ahora?

—Tranquila ya voy para allá —aceleró

¿Qué me espera cuando llegue?

***

Bajo del carro y entro a la casa. El embriagante olor de Adam indunda la casa, cruzo por la sala y no lo encuentro, me dirijo a mi despacho.

—¿Fabiola dónde está? —le pregunto mientras abro la puerta de mi despacho

—En tu Cuarto —me dice nerviosa

—Dile que venga a mi despacho —miro por la ventana

—Si.

Todo el paisaje es hermoso, tengo muchos árboles, un hermoso lago donde millones de flores están avasteciendose de agua.

Mi visión se acaba cuándo escucho que abren la puerta. Su olor de chocolate y lavanda es tan embriagante.

—¿Cómo estás? —su tono de voz es bajo, Zion está mal por haberse roto el lazo —¿Cómo te sientes? —pregunta

—Sabes, ahora me he puesto a recapacitar sobre la vida —mi vista sigue en la ventana —Tuve una infancia hermosa, aunque no quiera admitirlo, la mayoría fue gracias a ti. Una adolescencia un poco difícil —trago en seco —Bueno, la verdad fue muy difícil. Ame a mi manada como a nada en el mundo. En la parte del amor pues bueno... —agachó la cabeza —No es lo que imaginaba de Un Mate o al menos lo que imaginaba de niña.

Empiezo a oír sus pasos caminar hacia a mi, son lentos pero fuertes, y así en poco tiempo está a mi lado también mirando al bosque. Comienza un silencio que al menos para mí es tranquilo, tenerlo a mi lado es relajante, al menos cuando no me amenaza.

—En esta vida he cometido muchas equivocaciones, muchos me han dicho que todo lo que he echo me va a destruir junto con la manada. Y quiera o no tienen razón.

—¿Entonces porque lo sigues haciendo? —me mira, lo miro, siento como se oprime mi corazón al ver lágrimas secas en su rostro.

—Porque no soy débil —susurro

Huyendo Del Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora