| T R E I N T A |

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Narra Scarlett:

No puedo creer que Elizabeth este frente a mi justo ahora o mas bien ella no puede creer que yo este frente a ella en este preciso momento.

—¡Elizabeth! — antes de que pueda decir otra palabra, ella me hecha los brazos al cuello y grita mi nombre una y otra vez.

—¡Scarlett, ¿Estas viva?! — dice con los ojos bien abiertos y sin poder creer lo que esta sucediendo — ¡Oh Dios, lo estas, estas aquí! — dice asimilando la situación.

Ella llora en mi hombro, mientras le devuelvo el abrazo.

—Hola, Elizabeth — le sonreí, cuanto la extrañaba.

—¡Te he extrañado tanto! — dice con una gran sonrisa en el rostro, mientras se quitaba las lagrimas de las mejillas — cuando dejaste de responder, me asuste tanto... ¿Qué paso?, ¿y por que todo el mundo piensa que estas muerta? — cuestiona confundida.

Se produce un silencio incomodo hasta que mi padre habla.

—¿Qué tal si llevamos esta conversación a la sala de estar? — dice con voz pacífica.

—Tu padre tiene razón — dice mi madre más calmada —puedo hacer que las empleadas preparen un poco de café... ¿y tal vez un almuerzo temprano? — sugiere y miro a Chris, quien esta en silencio a mi lado — ¡estoy segura de que ambos están hambrientos! — dice mi madre sonriéndonos a ambos.

Chris me gesticula con la boca la palabra "empleadas" con una mirada inquisitiva, pero simplemente me encojo de hombros sonriendo tímidamente.

—De hecho, me gustaría algo de comer — sonreí agradecida — hemos tratado de mantener un perfil bajo, así que no pudimos detenernos a comer en el camino — explico.

—¿Están huyendo? — cuestiona Elizabeth con sorpresa — ¿Tom viene para acá? — cuestiona con una mueca.

Presiono mi boca en una línea firme, mientras pienso en como responderle. Miro a Chris y el sacude la cabeza diciendo "no".

—Elizabeth, deberíamos de darle algo de espacio — dice mi madre — llego aquí apenas unos minutos antes que tu — la regaña mi madre, luego mi padre señala la sala de estar.

—¿Vamos? — dice con una leve sonrisa en su rostro.

Cuando nos sentamos, inmediatamente me dirijo hacia Elizabeth.

—Entonces... ¿Qué estas haciendo en casa de mis padres? — cuestione curiosa, no me esperaba verla por aquí.

—Cuando escuché la noticia de que habías sido declarada muerta... no quise estar sola, se que no has hablado con tus padres desde hace mucho, pero tuve la sensación de que necesitaban algo de apoyo — dice con tristeza.

La miro con puro cariño, no sabría qué haría sin ella algún día, gracias a Dios que la tengo a ella y que mis padres también cuentan con ella para lo que sea, por lo menos se que si me llegara a pasar algo, ella estará ahí para ellos.

—Estamos tan contentos de que hayas venido, Elizabeth — dice mi madre con una sonrisa de agradecimiento — has sido de gran ayuda.

—¿Lo fue? — los miro y mis padres asienten y le sonríen agradecidamente.

—Trajo dos guisos y el pastel favorito de tu padre — si que se ha lucido la Lizzy.

—También nos puso al día sobre algunas cosas — el tono de mi padre es sorprendentemente mordaz, causando que mi madre coloque una mano firme en su brazo.

¿Qué le has contado Lizzy?

—Ahora no, Richard — dice mi madre tratando de que mi padre no diga lo que tiene en la punta de la lengua, pero ya es muy tarde, quiero saber que le ha dicho.

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