| S I E T E |

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Narra Sacarlett:

—Quédate abajo y guarda silencio — me ordena Chris en un susurro.

Algo golpea contra el suelo afuera de la cabaña. Me sobresalto y rodeo la cintura de Chris con mis brazos.

—¿Qué tal si... — al darme cuenta de que lo estaba abrazando, me aparto rápidamente — Chris, lo siento mucho — digo apenada — no quise...

—Shh, shh — se gira a verme, me indica que deje de hablar — está bien — sonríe de lado — extiende la mano y agarra suavemente la mía, dándome un apretón tranquilizador. — por favor, quédate aquí y no te muevas — suplica — si no vuelvo en diez minutos, llama a la policía — mi corazón da un vuelco en el pecho, de solo imaginar que algo malo le pasara.

Me suelta la mano antes de que pueda protestar y sale silenciosamente por la puerta principal.

Chris es muy competente, pero ¿y si no vuelve?, ya no quiero ni imaginármelo.

Saco mi celular. Marco el numero de la policía y coloco un pulgar sobre el botón de llamar.

¿Cuánto tiempo a pasado desde que se fue?, ¿Segundos, minutos, horas?, ¿debería llamar a la policía?

Presiono el botón de llamar.

Operador del 911: "911, ¿Cuál es su emergencia?"

—Hola, quiero reportar... — la puerta se abre repentinamente, haciéndome gritar — ¡AH! — una mano me cubre la boca y miro hacia arriba para ver a Chris. El me indica que termine la llamada antes de retirar su mano.

Operador del 911: "¿Hola?, ¿Esta todo bien?"

—Ah, lo siento, numero equivocado — no espero respuestas y corto la llamada, guardo mi celular.

—Esta bien, Scarlett — dice Chris, el corazón me late con fuerza, siento que mi cuerpo se relaja con el sonido de su voz.

—¿Los atrapaste? — cuestiono angustiada — ¿están atados? — una sonrisa se asoma en sus labios y no puedo entender por qué.

¿No debería estar más nervioso?

—¿Por qué no vienes a verlo por ti misma? — cuestiona aun con su sonrisa adornando su hermoso rostro.

—¿Crees que es una buena idea?, ¿Y si intentan atacarme? — digo preocupada.

—Confía en mí, puedo manejarlos — parece muy seguro de lo que dice, por lo cual acepto ir a ver.

Asomo la cabeza por la puerta y miro alrededor.

—No entiendo... — digo mirando todo a mi alrededor — ¿Dónde están? — señala dos contenedores de basura junto a la cabaña.

Un mapache asoma la cabeza desde uno de los contenedores, mientras dos más nos miran desde atrás del otro. Mi boca se abre en estado de shock.

—¿Mapaches? — no lo puedo creer — ¿Solo eran mapaches? — sonrió, si que saben dar sustos en situaciones de vida o muerte como en la que me encuentro hace días — Chris se ríe.

—No bajes demasiado la guardia, podrían ser violentos — sonríe burlón.

—Ahora solo te estas burlando de mi — arrugo mi frente.

—Eso no suena como algo que yo haría — se ríe nuevamente.

Me rio con sarcasmo y cierro la puerta con mas fuerza de la necesaria.

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