Guardaespaldas

| C U A R E N T A Y T R E S |

Narra Scarlett:

Luego de salir de la habitación de Chris, Lizzy me hizo salir del hospital y me llevo a su departamento, para que pueda descansar.

—Realmente aprecio esto, Lizzy — digo de corazón — no me habia dado cuenta de lo horrible que me veo.

—No es nada — dice sonriendo — sabia que era mejor sacarte de allí, tener que esperar así puede volver loca a una persona — asentí — solo llámame si me necesitas, ¿de acuerdo?, estaré justo afuera de la puerta.

—Gracias — miro como Lizzy sale de la habitación y hace clic en la puerta cerrada.

Volviendo hacia el espejo, vuelvo a echar un vistazo a mi apariencia y me estremezco.

Me veo horrible, pero Chris se ve aún peor. Si Chris no sobrevive me sentiría devastada, mi vida entera se iría con él.

No quiero ni pensar en como seria la vida sin Chris, ha sido el causante principal de la persona en la que me he convertido, me ha ayudado a encontrarme de nuevo.

Si muere...

Evito siquiera pensar en eso. En cambio, pienso en todas las cosas que debería haber hecho de forma diferente.

Fue mi idea ir a la casa, el nunca habría recibido un disparo si me hubiera quedado en la casa de mis padres.

Apoyo mi cabeza contra la pared y trato de calmarme.

Chris va a estar bien, tiene que estar bien.

Me di una ducha y me fui a la cama, necesito descansar un poco, antes de volver al hospital en la noche.

En la tarde me levanto y hago mis necesidades, Lizzy me dejo algo de ropa para que elija.

No puedo seguir usando una bata de hospital o mi ropa ensangrentada de todos modos.

Elijo ponerme una falda de cuero y un top rojo.

Salgo de la habitación y me encuentro con Elizabeth en la sala de estar de su departamento. Donde me espera con una taza de chocolate caliente.

—¿Te parece lo suficientemente caliente? — cuestiona sonriendo.

Asentí con la cabeza, tomando un sorbo del chocolate caliente. Hay una bandeja de malvaviscos en mi regazo que también tienen crema batida, crema de malvaviscos, obleas y chispas de chocolate.

—No habia comido nada de esto en tanto tiempo — dice.

—¿Cómo se nos ocurrió inventar el mejor chocolate caliente? — Elizabeth hace una pausa con su taza en los labios.

—Creo que fue justo después de que te enteraste de que habías pasado el examen de la barra — dice.

—¡Oh, es cierto! — digo — ese fue el maldito examen más difícil que he hecho en mi vida — digo riendo.

—¡Pero lo aprobaste brillantemente! — dice.

Sonreí cuando le quedo un bigote de crema batida en la cara.

—Gracias por esto, Elizabeth — le sonreí con cariño — realmente lo aprecio.

—Basta, sabes que ni siquiera tenías que pedírmelo, haría cualquier cosa por ti, especialmente si estas pasando por algo como esto — se pasa un dedo por el labio superior y se limpia la crema batida — y, ¿Cómo te sientes?

—Me siento tan... triste — digo.

—Puedo entenderlo — dice igual de triste que yo — me sentiría exactamente igual si estuviera en tu lugar — se estira para poner su mano sobre la mía, pero duda — ¿estas lista para hablar de lo que paso?