Mi guardaespaldas [YOONMIN]

28

En esta vida las cosas pasan cuando menos lo esperas, solo suceden y ya, sean buenas o malas.

En los momentos difíciles solo necesitas de alguien que te haga olvidar el dolor que sientes, y eso es lo que Yoongi acababa de hacer sin darse cuenta, el confesar sus sentimientos había hecho que por un momento Jimin olvidara la muerte de su madre.

Un beso puede cambiar muchas cosas, un solo beso puede decir lo que con palabras callas.

Ambas parejas habían deseado por mucho tiempo probar los labios de los contrarios.

Exactamente al mismo tiempo ambas parejas se habían besado, los mejores amigos como lo eran Taehyung y Jimin habían besado a las personas que amaban al mismo tiempo pero en diferente lugar.

Cosas del destino, almas gemelas, quién sabe, lo único que importaba en ese momento era que habían cumplido lo que habían deseado.

Pero un muy enojado, bueno no tan enojado pero si muy molesto Taehyung se encontraba cacheteando a Jungkook.

Taehyung: ¡¿Qué fue eso?! No lo vuelvas hacer, como puedes hacerle eso a Lisa, ella está presente y tú me besas como si nada.

Lisa: Por mí ni se preocupen, ustedes sigan en lo que están, hagan de cuenta que no estoy aquí.

Jungkook: Deja que te explique por qué te besé, deja que me defienda antes de que me vuelvas a golpear— habla mientras soba su mejilla—.

Taehyung: ¡Habla ya si no quieres que vuelva a dejar mi mano marcada en tu otra mejilla!

Jungkook: Que salvaje te pusiste.

Habla mientras hace un puchero.

Taehyung: ¡Que dijiste!

Jungkook: Nada. No dije nada.

Lisa: Eso es exactamente lo que Jungkook pedía a gritos, necesitaba de alguien que domara a la bestia que es.

Ella era quien más se divertía con la situación.

Lisa: Lo que él trata de decir es que terminamos.

Jungkook: Terminamos por que al saber que estabas postrado en esa camilla del hospital me di cuenta que quién realmente me gusta eres tú y no Lisa, ella me ayudó a darme cuenta de esto y tras hablar durante unos minutos concluimos en que era mejor terminar y quedar como buenos amigos, asi yo lucharía por ganarme tu corazón.

Taehyung: ¿Us-ustedes terminaron por mí? Esto no es una pesadilla cierto, ¿Entonces estas diciendo que yo necesitaba estar en un hospital a punto de morir para que te dieras cuenta que quien te gusta soy yo? Vaya los hombres son tan estúpidos

Jungkook: Te recuerdo que tú eres un hombre.

Taehyung: Si, pero a comparación de todos los demás yo no soy un completo imbécil. Vaya que ironía, tenía que estar al borde de la muerte para que este imbécil se diera cuenta que le gusto—Susurró para el mismo.

Jungkook: Lo se soy un tonto por no darme cuenta antes de eso, pero soy sincero cuando digo que me gustas Taehyung, me gusta cuando esa hermosa sonrisa cuadrada se forma en tu rostro, esa sonrisa que pone mi mundo de cabeza, cuando estornudas sin delicadeza alguna o cuando te pones celoso y observas con una mirada asesina a quien está cerca de la persona que quieres, me gusta cuando en tus ojos se puede observar ese brillo tan especial cuando ves a un niño pequeño sonreír y quizás no muchas personas aman la personalidad que tienes pero eso seguramente es por envidia, no todos pueden ser infantil y verse realmente adorable como tú, y no cualquiera haría a este corazón— Pone la mano de Taehyung en su pecho justo donde se encuentra su corazón—latir como lo haces tú.

A tae le brillaban los ojitos tras escuchar eso, pero de un momento a otro quitó su mano.

Taehyung: ¿Y piensas que yo caeré? No pienses que por decir esas palabras tan dulces yo caeré rendido a tus pies, ¡ah no! ¡No señor! Te tiene que costar tenerme.

Jungkook: ¿Qué? Pero…

Un quejido sacó a ambos de esa pequeña discusión, haciendo que Tae volteara y se diera cuenta de quien se encontraba en el asiento de atrás donde se encontraban ellos.

Taehyung: Se-señor Park, ¡oh por dios que le pasó!

Namjoon: Bien llegamos es hora de irnos.

Abrió la puerta del copiloto para que Jin entrara, después rodeo el auto por la parte trasera y se subió en el lugar del piloto, vio por el retrovisor y se dio cuenta que Taehyung tenía el rostro asustado.

Namjoon: Taehyung ¿Qué sucede? ¿Te sientes bien?

Seokjin: ¿Te sientes bien cariño? Te veo muy pálido ¿te duele algo? ¿No tendrás
fiebre?

Taehyung: P-por qué el señor Park esta golpeado y se encuentra en la parte trasera del auto.

Namjoon: Escucha pequeño te enteraras muy pronto, ahora solo evita voltear y ver
al señor Park.

Habló con dulzura y cariño. Eso se podía reflejar muy bien en sus bellos ojos.

Taehyung: P-pero que está pasando y ¿la señora Park? ¿Por qué ella no viene con ustedes? ¿Dónde está Jimin? ¿Por qué no vino a recogerme?

Seokjin: Cariño no preguntes ok, solo haz lo que Namjoon dijo por favor, cuida de no lastimarte, no quiero que te hagas daño mi cielo—Sobó con cariño la mejilla de tae—Te quiero—Depositó un beso tranquilizando al menor y sonrió como un padre amoroso—Ahora descansa que te lo mereces, y debes hacerlo, yo protegeré de ti y de todos ustedes mis pequeños.

Dicho esto se acomodó en su lugar y Namjoon encendió el auto, poniéndose en marcha.

Jungkook abrazó a Taehyung cuidando de no lastimarlo y cuidando que este no se fuera a lastimar haciendo movimientos bruscos.

Con una de sus manos hacía círculos en la mano del contrario provocando que tae se quedara dormido y diera pequeños suspiros entre su sueño.

Todo iba bien, Namjoon veía por el retrovisor si eran seguidos o no, pero al parecer todo estaba despejado, no había señal de peligro cerca, siguió conduciendo y cada que podía veía si los chicos se encontraban bien, Seokjin por su parte cuidaba de no lastimarse el brazo herido, esta demás decir que en su bello rostro y escultural cuerpo tenia golpes, justamente fue él quien recibió la peor parte, había estado peleando sólo con todos esos neandertales.

Namjoon naturalmente estaba preocupado por su esposo, ver lo herido y golpeado se había convertido en algo normal, pero eso no dejaba de preocuparlo, quería que él estuviera a salvo sin tener que aparentar ser fuerte, quería que estuviera lejos de todo el peligro que a veces tenía su trabajo, pero él perfectamente sabia porque estaba ahí.