Llegada al paraiso

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Capitulo 6

—Pasajeros con el destino a Australia, aborden por favor. Gracias —dijo la amable chica.

Nos levantamos de nuestro lugar de espera. Tome mi maleta y me gire a ver a Bruce, quien me abrazo antes de que lo notara.

—Una semana es mucho hermanita —no me soltaba.

—Tranquilo, platicaremos por Skype —lo apreté más fuerte.

Se apartó de mí y seco falsamente una lagrima. —Estas tan grande —.siguió. — ¿Ahora quién nos defenderá de nuestros enemigos? —.

Rodé los ojos. Que sentimental.

Divise a Andy, esperando que acepte un abrazo mío. El extendió los brazos y me apretujo.

Siguió Mateo, el solo me abrazó feliz y bueno… Cody tampoco tuvo algún problema, hasta me susurro “Te extrañare”

Okey, eso sí fue raro.

Los monos planean algo. Lo puedo sentir en mis venas.

Las chicas ya se habían despedido antes que yo, así que no quedo otra que marcharnos. Partimos hacia el avión, eso sí, no sin antes darles una última miradita a los muchachos.

Estaban festejando, gritando por todos lados.

Lo sabía.

Sonreí para mí misma. Todos necesitan un descanso de Amanda Benett.

Dejamos el equipaje en la bodega del avión y subimos. Me había tocado el asiento Nº27.

Les había consultado a mis amigas si alguna estaba cerca mío, pero no.

Busque, busque y encontré.

Madre mía.

Lamente haber nacido.

Le sonreí mi compañero que comía una hamburguesa del tamaño de mi mano, calcule que pesaba alrededor de 150kg.

—Disculpe señor —trate de pasar a mi silla. No fue nada fácil, pero lo hice.

Contemplé mi lugar por unos segundos…”lugar”, eso sí llamamos a la mitad de un asiento, y lo que sobra que esté lleno de envolturas de comida chatarra.

Arroje los papeles con disgusto.

Me senté por fin.

Alto .Estoy casi pegada a la ventanilla.

—Señor, ¿Podría alejarse un poco? Estoy un poco apretada —entrecerré mis ojos.

Me observo con molestia y se corrió.

Pfff, lo único que me faltaba. ¿Qué haría si estuviera en mi lugar? Literalmente.

—Señores Pasajeros, siguiendo normas internacionales de seguridad les vamos a efectuar una demostración de los sistemas de emergencia de que dispone este avión. Les rogamos máxima atención.
Este avión está provisto de ocho salidas de emergencia, las cuales se encuentran —blah, blah, blah. Ignore a la azafata.

Este será un largo viaje.

Saque mis auriculares y me los puse.

Después de 9 horas con el culo cuadrado (de Los Ángeles hasta Australia es mucho). Llegamos. Nos bajamos del avión y Lola se lanzó exageradamente al suelo.

— ¡Tierra! ¡Querida tierra!

Se cruzó de brazos Cece. —Tú no estabas sentada con una anciana que ronco todo el viaje.

Cambios paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora