Capitulo 3: "demasiadas preguntas"

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Llegue a la universidad igual que cualquier día, con mi cara de "como me mires mucho te asesino", no sé porque, pero ese día estaba más enojada de lo normal. De todos modos lo ignoré en el momento que vi a mi sonriente Emma saltando como bambi hacía mi dirección. Llegó hacia donde estaba yo y salto encima de mi sin previo aviso lo que provocó que cayéramos al pasto.

-Mierda Emma casi me abres el puto cráneo- dije medió enojada y medio feliz

Emma era probablemente a la única persona que le iba a soportar ser así de insoportablemente feliz. La veía como mi habitación andante solo que sin tanta depresión y con un cárdigan celeste que usaba siempre que podía. Después de todo ella era a la única persona a la que le podía decir mis secretos, no todos obviamente, ella conocía un 50% de mi lo que es mucho ya que me suelo abrir un -10%.

-Perdón- dijo riendo - O sea no, estoy enojada contigo- dijo sería, pero yo sabía que estaba haciendo sus mayores esfuerzos por no reír.

-Eso es literalmente imposible- dije mirándole hasta que no se aguantó más y se empezó a reír.

-Ya enserio Bri, como no me dijiste que hablabas con Andrew- Preguntó

¿cómo sabía su nombre?

-¿Como sabes su nombre? Yo apenas me enteré de su existencia ayer- Lo cual era medio verdad y medio mentira.

-Bri por favor, como iba a olvidar ese nombre, con su metro 80, tez pálida y su "Tu eres Emma ¿no?"- Dijo imitando su voz grabe - Sería más probable que me olvide de mi nombre que del nombre de semejante espécimen.

Por un momento me puse un tanto celosa al pensar que a ella también le pareció atractivo, pero después me tranquilizo saberlo ya que por lo menos no era la única, pero obvio ella no iba a saber eso.

-Lo importante no es eso, es que ayer me hablo para pedirme tu número- dijo con una cara tan feliz que hizo que me riera - ¡te reíste, te gusta, te encanta!- Agregó.

-¿Que? No, ayer me hablo para decirme sobre un trabajo que tenemos que hacer juntos o algo así- dije para tranquilizarla.

-Bueno por lo menos trabajarás con el-respondió tratando de verle el lado bueno.

-No no no... EL trabajara conmigo- dije corrigiéndola

-Si si, perdón, se me olvida que no puedo herir tu narcisismo- dijo mirándome con una ceja levantada.

-No soy narcisista, solo digo la verdad- respondí en mi defensa

No sé porque la gente siempre decía eso de mí, el hecho de que ellos no sepan defenderse o sean mal perdedores no significa que yo sea la narcisista.

-Como digas- dijo riéndose en tono inocente mientras caminaba a su clase.

•••

El día transcurrió de forma cotidiana, las clases predeciblemente fáciles como siempre y para agregar hacía un frío de muerte que hacía que entrar a el salón de clases pareciera la entrada a la puta antártica, aunque a mí siempre me han gustado los días nublados o de lluvia ya que la infraestructura de mi universidad se parecía a la de un castillo antiguo y le daba un toque sombrío lo que me parecía algo peculiar.

Para mi buena suerte ya tenía el día libre entonces me fui a mi segundo lugar favorito que era una zona un tanto alejada del campus pero que estaba rodeada de árboles troncos y arbustos, y para mí eso era paz.

Aunque esa paz no duró mucho ya que un repentino gruñido a lo lejos interrumpió mi lectura, había supuesto que era Emma ya que ella era la única que sabía que podía encontrarme aquí. Pero no, no era ella.

-Asi que aquí te escondes Briste- soltó una voz odiosamente conocida- Pensaba que eras más mirarte al espejo en tus tiempos libres, y no de ¿leer?...- dijo mientras inclinaba la cabeza para ver el título del libro, pero yo rápidamente lo cerré contra mi pecho.

-¿Ahora si me llamas por mi nombre?- No sé de donde salió eso pero salió.

-Entonces si te gusta que te diga ángel- respondió con una media sonrisa en sus labios.

-No ya te dije que no-respondí demasiado nerviosa para mi gusto - ¿qué quieres Andrew?

-¿Yo? Muchas cosas -dijo con un obvio doble sentido- Pero por ahora me conformo con poder hacer el trabajo

-Mierda el trabajo- Pense cerrando los ojos y apoyando mi frente en el lomo del libro mientras maldecía no haberme acordado

Levante rápido la cabeza y lo miré -Deberías conformarte con el hecho de que aún te soporto- dije pero él ni siquiera cambió su media sonrisa- ¿Que hay que hacer?

-Tenemos que fórmulas preguntas al azar y responderlas con un argumento más allá de lo común, algo así como "filosófico"- dijo haciendo el gesto de las comillas- Son mínimo 4, así que podemos hacer 2 cada uno.

-No me digas- susurre.

-¿ah?- pregunto

-Nada, nada- respondí rápido.

-¿Qué crees que mueve al mundo?- soltó.

-Las mentiras- dije sería. Aunque me hubiera gustado que me avisara que él iba a empezar así no me tomaba por sorpresa.

-¿Porque?

-Porque eso hace la gente la mayor parte de su vida, mentirle a los demás y mentirse a sí mismo creándose metas o un futuro por el cual luchan toda su vida hasta que se dan cuenta que era solo una nube que les nublaba la vista pero en ese momento ya es muy tarde

Siempre que me explayaba hablando de algo que me parecía interesante notaba que la gente a la mitad de mi explicación dejaba de escuchar. Pero cuando me gire hacia el esperando algún signo de desinterés, no lo había.

Allí estaba el, con la mirada fija en mí, totalmente serio, pero en sus ojos pude ver que me miraban como si fuera una especie de acertijo que deseaba con demasiadas ganas resolver. Porque eso era yo un acertijo, pero que ni yo podía resolver.

-¿Li anotaste? Porque no lo voy a repetir- dije a la defensiva ya que me ponía demasiado nerviosa sentir su mirada en mi cuello.

-Si - respondió sin más aún mirándome -¿cuál va a ser tu pregunta?

Sabía exactamente qué le iba a preguntar, pero antes que eso, como era usual en mí, hice una lista mental con las posibles respuestas que daría, aunque con ese pelinegro era casi imposible adivinar

-¿Porque sigues vivo?- pregunte como un nudo en mi garganta.

Se quedó en silencio por unos minutos que me parecieron eternos y cuando me estaba empezando a cuestionar por qué hice esa pregunta cuándo, soltó

-Por lo mismo que tú- dijo- Respóndeme tu ¿Porque sigues viva Briste?

Mis manos comenzaron a temblar, nadie me había hecho esa pregunta directamente, me la hacía yo misma cada noche, pero nunca pensé que alguien llegaría a preguntármela. Sabía que si no respondía algo empezaría a cuestionarme y eso es algo que no podría controlar, así que solté un rápido "no sé" y fijé mis ojos en mi cuaderno fingiendo que escribía algo.

-Está bien, otra pregunta... ¿porque utilizas ropa ancha?

-Demasiadas preguntas por hoy- dije mientras me levantaba, estaba entrando a un tema del cual no me gustaba hablar - Yo completo las preguntas que faltan, adiós anillos

No pudo decir nada ya que yo ya me había ido, y aunque él no lo sepa, es mejor que se quede con la Briste del exterior, ya que yo siempre me repetía "entre más personas dejes entrar a tu vida, más personas pueden decepcionarte" y eso era algo que no estaba dispuesta a que pasara de nuevo.

If I told you "no" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora