Capitulo 6: "Escoge una"

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Salí de la ducha y mientras trataba de no mirarme en el espejo que estaba a mi derecha mis pensamientos se volvían cada vez más fuertes <aún estás a tiempo de no ir><esto puede terminar muy mal>< ¿ya pensaste que le vas a decir?><cuidado>, el último era al que más escuchaba pero aun así decidí que por una ves no le iba a hacer caso a la voz en mi cabeza.
Me quite la toalla y aunque trate de evitarlo, fue imposible no girar la vista al espejo. Lejos de ese espejo yo era la Briste que recalcaba lo perfecta que era en todo, era la Briste que respondía con ironía y superioridad a los comentarios de otras personas. Pero en a ese espejo se reflejaba la verdadera Briste, la que se resistía llorar después de escuchar los comentarios hirientes de su padre, la que notaba las líneas hechas por ella misma en sus brazos, la que se quedaba toda la noche despierta pensando y la que se resistía a mirar su cuerpo desnudó como hacía en ese momento.

Era irónico el hecho de que escondiera ese cuerpo que como decía su mamá "Era un cuerpo que muchas niñas querrían", pero yo no lo veía como todos, si era flaca con unas caderas nada exuberantes un trasero pequeño (por no decir inexistente) y unos pechos que aunque no era diminutos, me incomodaban mucho a la hora de vestirme con algo que no fuera una camisa XL.

Pero yo no veía eso, lo que veía era el cuerpo que años atrás llenaba a comida rápida o bebidas con azúcar. El cuerpo con el que me obligué a pedir dos platos de comida extras en los almuerzos para poder engordarlo. O fingía no comer para que mi madre me diera medicinas que abrían el apetito y así poder comer más. Yo no veía un cuerpo normal, yo veía un cuerpo que sobre explote por los comentarios de una persona que no importase el cuerpo que tuviera, nunca era suficiente para él. Yo nunca era suficiente para él.

Rápido escogí ponerme un short, una hoodie y arriba de esta una camisa que me llegaba a casi tapar por completo el short, mis converse negras clásicas y me solté mi pelo del moño que llevaba puesto.

Baje rápido las escaleras con la esperanzada que Leth no me hiciera las 100 preguntas de
"donde, cuando, con quien y para qué".
Mama ya tenía claro que no tenía 14 años, pero Leth parecía todavía no enterarse de ese detalle.

Cruce rápido la cocina mientras buscaba mi bolso cuando lo vi tirado bajo la mesa. Me agache y me estire para alcanzarlo.

-¿Qué haces?- dijo alguien de repente provocando que me asustara y me pegara en la cabeza con la mesa.

-¡joder!, ¿que eres un puto ninja?- pregunte enojada. Pero Leth solo se dignó a reír- Me asústate- dije como si no fuera obvio

-Lose ese era el punto- dijo sin dejar de reír -¿A dónde vas?

-A drogarme con una banda de criminales para posteriormente ir a un banco y robarlo con la 9 milímetros que tengo guardada en mi bolso- dije mientras salía de la casa

-¡Vuelve temprano!- grito desde la puerta

-¡Si el robo sale bien entonces sí!- grite alejándome

Eran unos 3 kilómetros hasta el puente y aunque parezca mucho diciéndolo así, estaba acostumbrada a caminar mucho ya que lo hacía regularmente, uno: porque no tenía auto y no iba a gastar en transporte público, y dos: porque me gustaba, era relájate podía pasar por parques y ver el paisaje o ahora en invierno mientras nevaba y veía la nieve caer en la copa de los árboles o cuando llovía y las calles estaban casi vacías porque a la gente normalmente no le gusta la lluvia.

Revisé mi celular y noté que me había demorado 30 minutos en llegar, aunque como salí a las 1o:50 había llegado 20 minutos tarde por lo que me empecé a asustar. ¿Y si se fue? ¿Y si nunca fue?

Pero mis respuestas fueron respondidas cuando llegue y lo vi sentado en el borde del puente al igual que el otro día. Me acerqué y me senté junto a él más cerca de lo que pretendía.

If I told you &quot;no&quot; Donde viven las historias. Descúbrelo ahora