Harry, Ron y Hermione se aburrían demasiado aquella tarde de invierno en casa de Harry. Ninguno sabía que hacer.
Hermione miraba los libros de casa de Harry con paciencia, buscando algo interesante. Entonces lo vio.
—Hey, Harry, mira esto —dijo la castaña sacando un album de fotos de la estantería.
—¿Qué es? —preguntó Ron.
—Es el album de fotos que hicimos en cuarto año de Hogwarts. Deberíamos ojearlo, alomejor nos trae algunas risas —propuso Harry.
Todos asintieron y se sentaron en el sofá. Hermione en medio y los chicos a su alrededor.
Abrieron en album y se vio una foto en la que estaban los tres en la sala común de Gryffindor. Ron sacaba la lengua, Harry ponía morritos y Hermione les miraba exasperada.
Rieron como focas poseídas y pasaron a la siguiente foto. Ron con una cara muy rara.
Y más, y más fotos después el grupo no podía para de reír. Estaban tumbados en el suelo agarrándose la tripa que les dolía por reírse.
—Echo de menos aquellos tiempos... —dijo Harry con cierto toque de nostalgia.
Hermione y Ron estaban de acuerdo. Entonces a la castaña se le ocurrió algo.
—¿Y si...? ¿Y si viajaramos por lugares muggles bonitos e hicieramos un album nuevo? —propuso.
La cara de los chicos se iluminó de la emoción.
—Sería espectacular. Europa, América, Asia... ¡cualquier lugar! —exclamó Ron.
—Y nos haremos fotos en cada lugar para crear un album mejor aún que este —coincidió Harry.
Al día siguiente compraron el album. En un año visitaron todos los lugares hermosos que los muggles les ofrecían. España, Italia, New York, Bélgica, Irlanda, Francia, Noruega... Y cientos de lugares más.
Esos viajes unieron aún más al grupo y en el futuro, sé que ese album caerá en manos de generaciones y generaciones de jovenes magos que admiraran la belleza del mundo muggle.
Tal vez algún día a Albus, James o Lily Potter, o tal vez a Rose o Hugo Weasley les interese un viejo album polvoriento olvidado en una estantería de casa de Harry Potter.
