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— No voy a respirar hasta que me deje ir.— Tanto la parte humana y la parte animal rieron al escuchar aquello, se detuvo al ver luz roja en el semáforo y relamió sus labios ante la idea que le dió su lobo.

— No vas a durar mucho tiempo sin respirar.— Murmuró sonriente, viendo con las cejas levantadas al menor.— Y menos si hago esto.— El movimiento fue tan rápido, que el cerebro de Yoongi no pudo reaccionar a tiempo para impedir las cosquillas que el alfa empezó a hacerle.

Cerró sus ojos aguantando la risa, pero sin embargo no pudo resistir tanto y sus carcajadas resonaron en el interior del auto, haciendo reír a Taehyung ante ese sonido tan lindo y contagioso.

— Ya... ¡y-ya!, ¡señor Kim ya n-no más!.

— ¿Te vas a tranquilizar?.

— Si.

— No te escucho.

— ¡Si, pero ya no m-más cosquillas!.— Solo así Kim se alejó, haciendo avanzar el auto al ver cambiar la luz del semáforo. Podía escuchar la respiración agitada del Omega, mientras que su lobo movía la cola de un lado a otro, contento.

Yoongi suspiró profundamente tranquilizando su respiración, con una sonrisa adornando sus labios rositas y por primera vez prestó atención hacia el exterior, viendo que el auto se dirigía a uno de los barrios dónde vivía gente de clase alta.

O en otras palabras, un barrio de gente con dinero hasta para tirar.

Cuando pasaron al guardia de la privada, sus ojitos se abrieron sorprendidos, mientras su boca se abrió en una "o" cuando vió lo que había detrás de unas rejas de metal, el alfa condujo hasta el interior de la gran casona y sus ojos se pasearon de un lado a otro, maravillado de la residencia.

El auto se detuvo justo enfrente de la gran casa y el alfa quitó los seguros, bajando primero para rodear el vehículo y abrirle la puerta al menor.

— ¿Te gusta?.

— ¿Eh?.— Dirigió su mirada al hombre de traje, viéndolo entregarle la llave del auto a un hombre más bajo de cabello naranja.

— La casa, ¿te gusta?.— Repitió acercándose para colocar una mano en la cintura ajena y llevarlo al interior, sonriendo al ver cómo los ojitos color miel brillaban al ver la decoración.

— ¡Me encanta!.— La emoción del menor le hizo soltar una risita, su lobo estaba más animado a comparación de los días anteriores y no era difícil saber la razón. Estaba feliz teniendo a ése precioso chico a su lado, claro, tendría que cortar unas cuantas cabezas más tarde, pero estaba feliz.

— Señor Kim, bienvenido a casa.— Una mujer, con algunos cabellos blancos por la edad, apareció de la nada justo al lado del Omega, haciéndole dar un brinco por el susto.

— Oh, Sunhee.— Le llamó soltando la estrecha cintura cuando el menor empezó a recorrer el lugar.— Necesito que le des un cambio de ropa a Yoongi.

— Bien, ¿le pido un conjunto de ropa a Jungkook?.— Sugirió al ver qué el mencionado no le pasaba tanto de altura como Taehyung.

— No.— Gruñó ante la idea de ver a su Omega con la ropa de su hermano.— Ponle de mi ropa y mandas a alguien por algo de su talla.— La mujer asintió, acercándose al omega para llevarlo a la planta de arriba, mientras que Taehyung quitó su blazer, tomando asiento en el sofá color hueso frente al televisor, mismo que encendió buscando algún programa para distraerse.

Mientras tanto, Yoongi, bueno... más bien, su Omega se sintió en el mismísimo cielo al entrar a esa habitación, en cualquier rincón o cosa, estaba impregnado el fuerte aroma del alfa. Vió la cama y sus manos picaron por lanzarse para llevarse todo el aroma que había impregnado ahí.

INNOCENT PUPPY | taegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora