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No era difícil ver a sus espaldas ya que le llevaba más de una cabeza. La que parecía haber estado junto a ella a unos metros, se estaba aguantando la risa por la situación que observaba.

—¿Y tú?—mamá estaría orgullosa de lo educado que estoy siendo.

«Lo que me quiero es largar»

—Ah, no pues yo...

—¿Tu...?—la animé a continuar.

—Yo...

—¡Hola!—la misma rubia que nos miraba desde atrás—: Ya linda, ya cumpliste. Vamos—le habló a la castaña.

Esta última la miró con agradecimiento, a diferencia de mí que le alcé una ceja a su amiga.

—¿Cumpliste?—pregunté.

La castaña se sonrojó.

—Tenía miedo de saludarte—soltó la rubia.

—¡Eso no es cierto!

—Bueno, miedo no...—aceptó—: Pena sí.

—¡Zoe, cállate! 

Me sentía incómodo.

No sabía cómo reaccionar a como ambas parecían tener una guerra de miradas sobre algo que sólo ellas entendían.

«Mujeres»

No llamé la atención, sólo las dejé ahí.

Podía sonar vergonzoso, pero salí a paso rápido antes que alguna de ellas me fuera a llamar de nuevo. Me rondaba en la cabeza lo que había hablado con Mack ayer, había rechazado entablar una conversación con la castaña del mismo té y justo horas de sueño después se me aparece por la espalda para saludarme.

Suspiré, y me sentí mal al pensar que no quería encontrarmela de nuevo.

No parecía la misma, llevo días observando lo mismo y la persona que estaba frente a mi hace segundos no era la misma que se sienta en la mesa del fondo del Macdonald's.

Aquella era reservada, observadora, tímida. Está era un manojo de nervios, y eso de que haya "cumplido" me hace suponer que la retaron a hacerlo. No porque quiso, no porque le nació.

Al parecer, tampoco tenía intención de hablar conmigo y no sabía cómo sentirme al respecto.

Pasé las últimas dos clases y media tomando notas. Deseaba que no sucedieran más cosas, que sea lo que sea que tocara en la tarde sea lo suficientemente tolerable para mí.

No fué así.

Llegué al trabajo y había más gente que de costumbre.

Mackenna gritó en la cocina un montón de groserías al ver cómo tardaba más de 3 segundos en ponerme el delantal, se enfureció porque las papas estaban cocinandose demasiado lento. Estuve a punto de tirar más de tres helados por la presión que había en la fila de espera.

Éramos la atracción principal de todos los niños que esperaban pacientemente sus almuerzos.

—¿Por qué hoy vino tanta gente?—pregunté mientras sacaba más paquetes de servilletas de los estantes.

—No se Luke, pregúntales cuando vayan a retirar. —su irritación junto con el sarcasmo era bastante notable.

No quería pensar en cómo estaba la pobre, su turno desde que se salió de la universidad casi se ha vuelto uno completo. Llega aquí tipo 8 de la mañana y se va a la hora que cierre, no importa qué.

Mi horario era más flexible debido a que sigo estudiando, sino fuera así, capaz y pediría el mismo turno.

Nunca está de más más ceros en las quincenas, pero si abandono los estudios mi madre se enojaría.

Y no es lo que quiero, todo lo contrario. Quería hacer todo lo posible por ayudarla y porque estuviera orgullosa de mi.

—Buenas tardes, bienvenidos a Macdonald's, ¿Qué le puedo servir?—escuché hablar a Mack en caja.

Parecía estar en modo automático, no me imagino todas las veces que ha repetido eso hoy.

—Un té de durazno.

Un par de servilletas se escaparon de mis manos, volando por todo el suelo de detrás del mostrador.

Mackenna se giró al instante.

—¡Luke!—se alteró, más—: ¡Recoge eso por Dios!

Volvió su vista a la castaña, la misma castaña que había visto esta mañana. Mack le sonrió cómo si nada hubiera pasado, cómo sino me hubiera gritado hace unos instantes.

—Es raro verte a está hora.

¿Es en serio mujer?, ¿Le vas a sacar conversación?

—Tanta gente me agobia, preferí esperar a que la fila bajara.

Murmuró, sabía que la estaba escuchando. Más porque todavía no había alzado la cabeza y, porque la pelirroja ya se había encargado con sus gritos de que todo el mundo supiera que había hecho un desastre.

Recogí las que pude con la mano y las tiré en el cesto de basura, estaba haciendo tiempo para que Mack le sirviera lo suyo.

—Ten, como siempre—le tendió su té con una servilleta.

De las que si había acomodado, por su puesto.

—Gracias.

Cuando la sentí irse me enderece sobre mis pies, ganándome una mirada de reproche de mi compañera.

—¿Qué?—pregunté.

Sonrió negando con la cabeza.

—Me das pena ajena.

Me llevé una mano al pecho con fingida indignación.

—Auch—musité.

Ella río levemente.

—Es una niña Luke, no muerde—me recordó antes de irse de camino al baño.

Miré hacia aquel punto dónde mi vista se había concentrado todo el día de ayer. Ella bebía por la pajilla distraídamente mientras sus dedos se movían sin parar por su computadora.

A pesar de la gente, ella no había perdido su mesa.

—Si es una niña.

Acepté detallandola por un segundo. Tal vez y no la había visto antes en clases porque va uno o más grados más abajo, o quizás no veía clases conmigo. Y de ser así, no sabría si la había visto.

Una parte de mi quería pensar que si.

Llama la atención, pero no sé si de la forma correcta.

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Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤️

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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BUTTERFLY || Luke Hemmings || lrm Donde viven las historias. Descúbrelo ahora