5. Regreso a clases

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Papá se sienta en la silla en la otra esquina de la mesa y lo imito.

Alcanzo a ver que su cuello está un poco rojo y aún con mis rasguños. Debo disculparme.

-Papá... en serio lamento lo del cuello, no sé qué pasó yo no... no sé - agacho la mirada avergonzada.

- No te preocupes por ello, estoy bien - su voz es calmada pero noto un poco de angustia.

No despego mi vista del vaso con agua que tengo frente a mi, la mirada de papá siempre me ha intimidado.

Papá se aclara la garganta y dice lo que ya sabía que iba a decir. Pero eso no quita el hecho de que esté emocionada.

-Lo pensé y... está bien, puedes ir a la universidad.

Levanto la vista y lo miro con una sonrisa.

-¿En serio?- pregunto levantándome.

-Si, claro que si- papá sonríe.

Voy directo a él y cuando se levanta lo abrazo fuerte.

-Gracias gracias gracias - digo muy contenta.

-Si si, pero con unas condiciones - me separo, asiento con la cabeza y el continúa- el chofer te lleva a la universidad y te trae directo a la casa, me llamas cuando llegues y no vuelves a salir en todo el día y... y tendrás a un... a un acompañante durante tus clases.

Doy unos pasos hacia atrás y lo miro como si estuviera loco.

-¿Acompañante?¿Estás bromeando papá?- digo sin creérmelo.

-No bromeo Quinn, esas son mis condiciones, tómalas o déjalas - dijo desafiante.

Sin pensarlo demasiado acepto, ya veré como me deshago de mi "Acompañante". Es más una niñera que otra cosa.

•••
Hace demasiado frío en la habitación, pero un cuerpo a mi derecha me mantiene caliente. Abro un poco los ojos y visualizo la silueta de una persona frente a mi.

-Despierta, quiero mostrarte algo ahora que Hazel está dormida - es la voz de un niño, tendrá unos 10 años.

Trato de levantarme pero mi cuerpo no me responde, en su lugar, mi cabeza se gira hacia el cuerpo acostado junto al mío. Es una niña pero no logro verle la cara, solo distingo un lunar en su brazo izquierdo, igual al mío.

-¿Qué hora es? - escucho una voz demasiado cerca de mi, pero un segundo después me doy cuenta de que he sido yo la que preguntó. Mi voz es aniñada y chillona. ¿Acaso soy una niña pequeña?

-Eso no importa, ven - vuelve a decir el niño. Rodea la cama y se detiene a mi lado, toma mi mano y me jala, me levanto y me posiciono junto a él. Es más alto que yo, alzo la mirada para verle la cara y por suerte, la luz que entra por la ventana me permite hacerlo. Es pelirrojo, de ojos azules y tez blanca, tiene un montón de pecas en el rostro. Parece ser mi versión masculina.

Quiero preguntarle quién es y qué sucede, pero mis labios no se abren. Empiezo a asustarme.

Caminamos y nos acercamos a la puerta, la abre y salimos. Al fijarme en el pasillo me doy cuenta de que es mi casa, pero se ve diferente.

Siento mi mano sudar y decido soltarme del agarre del niño, pero de nuevo, no puedo hacerlo.

-Declan, ¿a dónde vamos?- pregunto.

Con que se llama Declan, nunca había escuchado ese nombre.

Caminamos por el pasillo y antes de dar vuelta hacia la sala, escucho un golpe detrás de mi. Mi cuerpo se sobresalta y se gira soltando a Declan, me quedo espantada mirando atentamente a todos lados buscando el origen del sonido.

LIES AND LOVE (El Diario Secreto) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora