Dragmire's Blood ⚡

Capítulo 11

Agosto 18 de 1988.

California, E.U.A.

Suburbios "Saint Louis"
7:30 am.

El molesto ruido de campanas provenientes del despertador lo hizo sobresaltar un poco y manotear, con pereza rodó sobre su cama para poder alcanzar el molesto aparatejo y presionar el botón sobre este para apagar el infernal sonido que provocaba.

Al hacerlo, se volvió a dejar caer en la almohada, se estiro y desperezo, para después tallarse loa ojos un poco y lograr alejar del todo el sueño que aún luchaba por reclamarlo y hundirlo de nuevo en los brazos de Morfeo.

No podía volver a dormir, tenia mucho por hacer, y tan poco tiempo para lograrlo.

Pues tenia que terminar de desempacar, colocar cortinas y persianas, colgar algunos cuadros y pinturas, para darle algo de vida a los blancos muros, así como lamparas y candelabros que quería cambiar.

También terminar de armar la cama de Harry y uno que otro mueble, como burós, sofás y escritorio y repisas y estantes.

De igual manera, reposicionar los sillones de la sala de estar, meter la vajilla en su respectivo lugar; en general, le hacia falta todo.

Si bien, tenia la ventaja de tener magia, y hacer todo eso y mas en un santiamén, a él le encantaba hacerlo por si mismo, armar y reparar todo con herramientas en mano, ensuciarse las manos y tener la dicha de jactarse de haberlo hecho él y solo él,pues si, era todo un manitas.

Sin querer perder mas el tiempo, volteo a ver el reloj, el cual marcaba ya las 7:45 am, dándose cuenta que se había quedado quince largos minutos pensando en todos los deberes que tenia por hacer.

Retiró las sabanas de su cuerpo, y se sentó, se volvió a estirar, y volteo a ver a su hijo, el cual seguía dormido, al otro lado de la cama, boca abajo, con la playera del pijama a medio torso, sin un calcetín, con el pantalón del pijama enroscado y el cabello en extremo revuelto.

Rió un poco, su hijo era un desastre para dormir, se puso de pie, tapó a Harry con las sabanas, y salio de su habitación, importándole poco andar solo en boxers, al fin y al cabo, estaba en su casa, y solo con su pequeño.

Bajo las escaleras, atravesó el recibidor esquivando una que otra caja de la mudanza, y llegó a la cocina, necesitaba café.

Buscó y sacó de su caja a la cafetera nueva, la instaló y encendió, y ahí, en su tarea de buscar café, fue que se dio cuenta de algo importante.

No tenían víveres, nada, ni una simple barra de pan y leche para preparar el desayuno de su hijo, maldijo por lo bajo, necesitaba salir en ese momento a por provisiones.

Regresó a su habitación, dispuesto a vestirse para salir al supermercado, pero, como aún era de mañana, decidió darse una ducha rápida para poder salir.

Veinticinco minutos después, ya estaba más que listo, duchado y vestido, con jeans de mezclilla un poco desgastados, sus mismas botas del día de ayer, camisa blanca y una chaqueta ligera.

Ya estando listo y muy a su pesar, despertó a Harry, pues se veía que estaba sumamente cómodo y durmiendo pacíficamente, pero no podía dejarlo solo, no aquí, en un país ajeno al suyo y sin nadie más que él para protegerlo, además, que no sabia cuanto tiempo le tomaría hacer las compras, pues aprovecharía para comprar víveres, algunas herramientas, así como clavos, tornillos y taquetes, un poco de ropa muggle, y una que otra decoración para su nuevo hogar.