Se estaban besando.
Cómo puede tu saliva saber tan triste, Manuel.
Debe ser porque aún sigues diciéndome Manuel.
Ah, pero no suena mejor Manuel, Manu es como un mote, en cambio Manuel es más completo.
Él no entendía a las minitas, ella decía que su saliva sabía triste, cómo eso podría ser posible.
Sígueme tocando el culo así y te dejo un chupón para que tu mamá lo vea.
Perdona, pero mi mamá no se mete en mis cosas.
Sígueme tocando así y entonces le digo a todos que somos pololos.
Estamos pinchando nomás.
Quién piensas que sos chilenito para salirme con esas.
Alguien a quién le gustas mucho, pero explícame eso de la saliva triste que me dejaste metido.
Ah, fría me refería, tienes la boca caliente, pero por alguna razón tu saliva me sabe fría, no sé si me doy a entender.
Un poco.
Ah, ya, entonces estamos en sintonía. Abrázame.
¿Así?
Sí, así, pero más fuerte. ¿No peso?
Si eres una espiga, qué vas a pesar.
Y tú eres tan fuerte.
No diría que tanto, pero estoy bien.
Agradecido.
Me vas a hacer rezar.
Quizás necesites a Dios.
No creo.
Dios condena la masturbación, Manuel.
Ah, ya, y quieres que lo conozca.
Necesitas a alguien que te sostenga.
Mientras te sostengo a ti. ¿Te da miedo que me caiga y caigas conmigo?
No sé. Pero yo nunca pensaría cómo lo haces tú.
Cómo es eso.
Tan negativamente, fatalista, así como si las cosas fueran a acabar mal por más bien que estén.
No he pensado en eso.
A puesto que sí. No te escaquees. Después de todo estoy más en tu imaginación de lo que estoy en la vida real.
Pero qué decís muñequita. Mejor dame otro beso antes que desaparezcas.
Pero me está dando frío.
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The way the dead love
Historia CortaUna recopilación (oscura) de relatos y poemas. Sí, otra.