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graduation
JULIO; 1964│

graduation│JULIO; 1964│

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El curso escolar secundario llegaba a su fin y, debido a que una compañera exigió una despedida conmemorable, la escuela no tuvo mejor idea que organizar un baile para los que ya se marchaban a la universidad.

Brian y yo debíamos asistir a ese baile ya que habíamos terminado de cursar nuestro último año. Aunque la idea me parecía algo extraña, ya que estos tipos de baile se llevaban a cabo en Estados Unidos y no aquí, no me negué ante tal propuesta.

Me había llevado cuatro meses en confeccionar el vestido que usaría para el baile y por suerte, había podido acabarlo una semana antes de dicho evento. Este consistía en un modelo rockabilly sin mangas, aunque con algunos cambios sutiles, ya que había decidido darle un poco de mi estilo y un toque de elegancia.

Le estaba dando unos retoques finales a mi maquillaje, cuando escuché unos golpes en la puerta de mi habitación. —Sí, pase—dije.

La blanca cabellera de nana se hizo presente en mi campo visual y le sonreí mediante el reflejo del espejo. Ella se acercó junto a mí y me contempló con ternura.

—Ya eres toda una mujer—dijo con un tono melancólico.

La miré con una sonrisa, mientras notaba como sus ojos se volvían más brillosos. Cuando recobró su compostura, dejó a la vista una caja de madera.

—¿Qué es eso?—pregunté con intriga.

—Será mejor que lo veas tú—habló, mientras dejaba la caja sobre mi tocador.

—Bien...—susurré.

Al momento de elevar la tapa, una melodía suave comenzó a sonar y luego pude observar a una pequeña bailarina emerger de la oscuridad y empezar a girar. Dentro de esta caja se hallaba otra aterciopelada, sin embargo era mucho más pequeña, la abrí y me encontré con un collar muy hermoso.

—Ese collar le pertenecía a tu madre—prorrumpió nana, de nuevo con un tono melancólico—. Quedó fascinada con el cuándo lo vio en una tienda de empeño en uno de sus paseos rutinarios por las calles de París. Y tu padre, se lo obsequió en su noche de bodas—sonrió—. Antes de que se fuera, me hizo prometer que cuando te convirtieras en una mujer, portarías su más bello y preciado obsequio.

Sonreí con tristeza, mientras sentía que mis ojos se aguaban, pero debía mantener mi compostura ya que mi maquillaje se arruinaría y no quedaba demasiado tiempo para volver a hacerlo.

Good Company│Brian MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora