Parte 7

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—Tienes que estar bromeando —gruño mirando a la persona parada en la puerta de su departamento con un ramo de rosas y una mirada de disculpa.

Lena deseo con todo su corazón que se tratara de un dejavu, pero no lo era.

—Lena...—llamo la rubia al no ver intención de la pelinegra de acercarse a ella y al contrario parecía dudar sobre dar la vuelta y marcharse de ahí.

Mascullando entre dientes, camino a la puerta de su departamento, ante la mirada fija de la rubia que rogaba una respuesta.

—¿Que estás haciendo aquí Kara? —trato de sonar indiferente — Ya tomaste una decisión tan rápido? —pregunto irónica.

Para su sorpresa Kara asintió acercándose y posando su mano sobre la que ella tenía en el picaporte.

—Te voy a decir la verdad Lena, —dijo dándole un apretón. — pero por favor no me apartes de tu lado —rogo mirándola entre sus pestañas.

Lena la miro indecisa.

Se debatía entre ceder y creerle o mantener sus reservas en cuanto a la palabra de la rubia.

Pero el amor ganó y le hizo una seña para que la siguiera dentro.

Kara la sigo en silencio dejando salir el aire lentamente. Se acercó a la pequeña sala y dejo el ramo sobre uno de los sillones ante la mirada fija de Lena.

—Espero que estés hablando enserio, porque yo no estoy para juegos Kara y quiero advertirte de antemano que si me estás mintiendo esto se va acabar aquí.

Kara trago pesado y nego.

—Te voy a decir todo, no quiero que estemos separadas. Ya te lo dije una vez, no puedo vivir sin ti, me he echo adicta a ti... Te quiero, te necesito en mi vida. —aseguro tomando su rostro entre sus manos y juntando sus frentes derritiendo a Lena. Quedaba comprobado que Lena era macilla en manos de Kara, simplemente no podía enojarse con ella por mucho que lo odiara, una sola mirada y ella ya estaba perdida. —Se que he sido una imbécil contigo, pero te juro que nunca ha sido mi intención lastimarte. Te amo, te amo, te amo. —murmuraba entre besos, deslizando su lengua entre los labios de la pelinegra y adorando el pequeño gemido que está soltó.

—Yo también te amo—susurro rodeándola con sus brazos en un abrazo apretado y olvidando por un momento lo molesta que estaba con ella. —Te extrañe

—Yo también cariño, yo también. —susurro Kara aspirando su olor  —En verdad lo siento... —reconocio con la voz quebrada.

—Prométeme que vamos a estar bien Kara...

—Lo prometo cariño... —aseguro lanzándose a besar sus labios con necesidad y urgencia. —te necesito... Por favor déjame tenerte —rogo y Lena no pudo negarse, ella también la necesitaba.

Al final, les ganó el deseo y olvidaron que tenían que hablar.

Lo cual fue un gran error.

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