Capítulo 4: CELO

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El boliviano se encontraría en su cocina de estilo minimalista pelando un plátano para comer gustosamente, en cuanto terminó su "desayuno", fue a su habitación y se puso ropa formal para luego salir de la casa estirando los brazos.

Eran las 5 de la mañana.

—Buen comienzo de semana. —se dijo así mismo mientras que caminaba lejos de su hogar para dirigirse por la calle principal donde se encontraba y buscar un taxi.

No iba a mentir, le gustaba el silencio de la ciudad en la mañana, ya que no tenía que estar tan oculto y podía aprovechar a caminar por dónde le de la gana.

Lo malo es que aveces se encontraba con cosas que le disgustaban, un ejemplo era que ahora un sucio ladrón lo estaba agarrando del cuello con fuerza, metiéndole a un callejón.

¡Que buen día es hoy!

—— • ——

El peruano ahora estaría tomando un té de manzanilla con tranquilidad, sentado en la comodidad de su oficina soltando un suspiro algo largo.

En esos momentos tenía puesto un traje negro pero conservaba un chullo, dicha prenda no era la que Bolivia le había dado, era otra, era algo que lo hacía sentir un poco mal.

Y ha saber por qué se sentía mal, tal vez porque el chullo lo había apreciado como un objeto que tenía alguna especie de símbolo.

O simplemente era comodo para él.

Sea lo que sea, se sentía mal, lo hubiera querido usar pero estaba mojado y recién lo había dejado secando en el sol.

—Uugh... —el chico se encogió en el lugar donde estaba, dejando el té de manzanilla al lado derecho de su escritorio, se estaba sintiendo mareado.

En cuanto se encogió, se sostuvo de la cabeza con una de sus manos mientras que con la otra se apoyaba en ese mismo escritorio, ahora le estaba retumbando la cabeza.

Diablos, ¿Acaso el té de manzanilla que tomó tenía droga?

De una forma algo desesperada comenzó a tocar un botón debajo de su escritorio en señal de que vinieran de inmediato.

En esos momentos sentía que le quemaba el cuerpo, ahora eso se estaba poniendo muy mal, ¿Acaso le estaba apretando el pantalón o era idea suya?

¿Le metieron un puto afrodisíaco a su té?

—¿Ahora que pasa? —Cusco había entrado a la oficina de Perú y ni bien dió un paso adelante para verlo, sintió un muy fuerte olor entrando en sus fosas nasales, aturdiéndolo y enseguida se había caído al suelo.

—Mnph... —Perú se encogió más en su lugar agarrando con fuerza la punta del escritorio, podía llegar a sentir un pequeño olor que provenía del departamento.— Cusco... C-creo que me metieron algo en el té...

Mientras tanto el de colores del arcoiris se había alejado lo más que pudo saliendo del lugar y cubriéndose la nariz con fuerza, si de por sí ya era omega tenía mucha suerte de no tener en ese momento celo o se hubiera tirado enseguida del otro en el mismo segundo que hubiera entrado al lugar.

—¡Carajo! —gritó Cusco mientras que salía del lugar aún en el suelo hasta llegar a la pared del pasillo.

—¿Por qué está tocando tanto el bot- Cusco ¿Que diablos haces en el suelo? —Lima había llegado por el pasillo y miró a Cusco algo confundido, hasta que olió algo que lo dejó un poco aturdido.

—¡Alfa, Alfa, Alfalfa! ¡Es un PUTO Alfa! —contestó el cusqueño aún con la nariz tapada, se estaba sonrojando mucho mientras que gritaba.

Vaya comienzo.

Amor Tiene Dos Significados || Perú X Bolivia / omegaverse || (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora