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— Auch...

Se quejó la pelilila al sentir un dolor en su mejilla, era el chico que tocaba su rostro para ver si le dolía, pero era obvio - tanto, que quizás era una excusa -. Por reflejo alejó la mano del contrario rápidamente de un manotazo.

Ahora urgó en la bolsa de dulces que había rescatado del asalto, y comió un pequeño dulce para calmarse. El castaño miraba la bolsa con el ceño fruncido.

— Hubiésemos escapado más rápido si no hubieras traído eso. – La señaló y Tn la escondió atrás de ella. –

— Lo siento. – Habló Kiyama con un poco de vergüenza. – Pero simplemente no podía dejar que se quedara con ambas bolsas de dulces, es que... ¡No podía! – Se defendió esta como una niña pequeña, no podía excusarse. No podria dormir bien si la dejaba. –

— Mhm... Bien.

La chica se dirigió a su refrigerador a la vez que tocaba el moretón en su mejilla, sacó una paleta helada del congelador y caminó al castaño.

— Gracias, pero no me apetece. – Dijo con una leve sonrisa. –

— No es para ti.

Acto seguido la puso en su rostro, en el moretón riendo un poco por la reacción del de ojos heterocromaticos.

— Buscaré alcohol y alguna venda para ti.

— ¿Para que?

— Para tu brazo. – La chica señaló el brazo del contrario en donde se había raspado el antebrazo por la caída. – Ehm... – Pensó. – ¿No le hablaras a tu mamá para quedarte aquí? Digo, ese sujeto puede volver a aparecer si intentas volver a casa.

— Ah... Pues, creo que tienes razón...

Así la pelilila se dirigió a su habitación mientras el llamaba a su mamá para permitirle quedarse. Cuando ella había vuelto con su esa pequeña cajita de primeros auxilios él ya había terminado su llamada, a la chica le daba curiosidad por lo que le había dicho la mayor.

— ¿Y que dijo? – Preguntó dejando la caja sobre la mesa y la abrió buscando lo que necesitaba. –

— Qué soy un vago y que no salgo de tu casa. – Rió un poco contagiando a la ojirrosa, pero ella pareció preocuparse por esa respuesta. – Que me dejara quedarme con una condición.

— ¿Y cuál es? – Esta ya tenía el alcohol en las manos con un poco de algodón. –

— Que vayas a desayunar mañana a mi casa por que no te conoce.

— Ah... Supongo que está bien. Ahora ven, te voy a curar. – Sonreía. –

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— ¡Ohayó!

Dijo el castaño al despertar, estaba contento - no sabía si por qué había dormido bien o por qué ese día la chica iría a su casa -. Retiró las sábanas de su cama y se dirigió al cuarto de la fémina, estaba cerrado. Tocó la puerta pero nadie respondía, volvió a tocar... Nada.

Ahora se estaba desesperando, abrió la puerta esperando no interrumpir a la pelilila en algún momento incómodo. La encontró frente a una mesa sentada pero él no entendía por qué no lo había escuchado.

Se acercó a verla, se estaba maquillando aplicando más maquillaje en una zona especifica. La chica se sobresaltó al verlo en su espejo, volteó con un sonrojo, se quitó los audífonos mirándolo un poco molesta.

— N-no habrías la puerta... ¿Te maquillas?

— Yo... N-no se hacerlo. – Esta desvió la mirada. – Pero quiero ocultar el moretón o tu mamá preguntara y se molestara conmigo si le digo que nos asaltaron cerca de mí casa.

°🍬¡Baka!🍬° «Loon x Tn» [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora