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Holmes Chapel, Inglaterra.

Diciembre 22, 2010.

Harry trazó junto a Alyssa las pocas cuadras que separaban su hogar del centro especial. La nieve caía con desesperación sobre su enmarañado cabello que estaba cubierto por un bonito gorro de lana azul que su madre había tejido para él.

Alyssa no dejaba de parlotear y Harry estaba a punto de montar en cólera o algo similar. Una pequeña lámpara imaginaria se encendió a un lado suyo como lo hacían en las películas y fingió estar enfermo del estómago, esa fue la solución para escapar completamente de esa maldita niña que lo fastidiaba tanto.

Se encargó de correr los metros restantes hasta su casa así no le era tan difícil perder a Alyssa que seguía insistente con acompañarlo hasta allí.

Llegó y largó un suspiro contra la puerta de entrada, arrojando su mochila a un lado del sillón en la sala de estar.

Hola, cariño! Qué bueno que has llegado, preparé galletas. ¿Y Alyssa? Creí que ella vendría a tomar el ." Dijo su madre con un tono de tristeza en su voz, Harry no lograba comprender porqué sus padres la adoraban tanto si ella no era más que un maldito dolor de cabeza.

"Ella tuvo que... Uhm... Ir a casa de su abuela. ." Dijo el menor, esperando que su madre se tragara aquella mentirilla piadosa que había utilizado para mantener a la piojosa lejos. Su madre asintió, no muy convencida de lo que su hijo decía pero sin embargo decidió ignorarlo.

"Oh bien, cielo. Dejaré que tomes la merienda en tu habitación si así o quieres. ¿Has hablado con Louis?" El corazón del rizado comenzó a latir con mayor rapidez al oír aquél nombre y no puedo evitar esa sonrisa que se le escapaba sólo sí el asunto trataba de él.

"No he revisado mi casilla aún, mamá. Pero estoy seguro de que no ha respondido, ha estado demasiado ocupado eligiendo su regalo de cumpleaños."Jugueteó un poco con sus manos mientras le explicaba a su madre, dirigió la mirada a sus pies que posaban uno encima de otro para tratar de ocultar la tristeza que lo carcomía. Era el cuarto cumpleaños de Louis que no pasarían juntos y eso era realmente devastador para él y para su amigo aunque no sabía si a el mayor le afectara tanto su ausencia.

La mujer hizo una mueca, percibiendo la tristeza de su querido hijo. Trató de volver a tener contacto visual con él, algo difícil cuando Harry estaba triste.

"Cielo, ¿puedes mirarme por aunque sea un momento?" Él secó la única lágrima rebelde que se atrevió a escapar y trató de mirar a su madre que no dejaba de verlo con una perfecta sonrisa. "¿Qué es lo que en realidad sientes por Louis?" Preguntó, directa, como siempre.

Harry decidió no responder la pregunta que su madre había formulado para él. En realidad, él no lo había decidido, solamente no sabía cómo responder a esa pregunta que parecía tan fácil pero no lo era. Odiaba incomodarse tanto por él.

"Tengo un poco de hambre, ¿ya podemos merendar?" Preguntó el joven algo agobiado por la situación y su madre comprendió que ya no era momento de seguir preguntando.

Life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora