Life (Larry Stylinson)

3

Brighton, Inglaterra.

Julio 30, 2002.

Harry corrió hasta que las piernas no le dieron más, escondiéndose tras unas inmensas rocas donde el agua marítima golpeaba con fuerza. Louis observó el reloj nuevo que llevaba en su muñeca izquierda, hace más de cinco minutos no podía localizar a su amigo de rulos.

El de orbes verdes vió como el castaño lo buscaba con desesperación así que decidió salir para la acción, corrió y lo tackleó como él mismo le había enseñado.

''¡Ey, he estado buscándote por cinco minutos! O al menos eso dice mi reloj.'' Dijo el mayor de los dos, volviéndo la vista a su reloj y Harry rió para sacudirse la arena de sus pantaloncillos verdes. Caminaron devuelta donde sus familias disfrutaban de una linda charla a orillas del mar. Gracias a Gemma y Charlotte, las dos familias disfrutaban de una larga estancia en Brighton. Una de las ciudades costeras más conocidas del Reino Unido.

El rizado cargó un balde color amarillo con agua y luego buscó sus ''utensilios para construir'', como él les había designado. Louis lo siguió aunque no estaba realmente interesado con lo que su amigo fuera a hacer, toda su atención se centraba en su nuevo y perfectísimo reloj.

''Lou, ¿quieres ayudarme? Nunca he hecho esto pero ayer vi televisión y Caillou lo hacía muy fácil y yo no puedo.'' Llorisqueó el menor pero su acompañante continuó ignorándolo mientras se deleitaba con la correcta danza que hacían las agujas al moverse de lugar para indicar los minutos, apuesto a que si no hubiese tanto ruido, él tendría aquél objeto pegado a su oreja porque le gustaba como sonaban las anteriormente mencionadas al cambiar de posición. Bien. ''¡Lou!'' Se volvió a quejar el de rizos pero no había caso, estaba en un trance que no lograría sacarselo con facilidad. Harry, precavido, se aseguró de que nadie los estuviese viendo y se abalanzó sobre Louis para besar sus labios. ''¿Has vuelto a la tierra?'' Una melodiosa risa se escapó de sus labios y logró contagiar al castaño, entonces, sonrió victorioso, había logrado su meta.

''Ey, eso no fue gracioso.'' Se quejó el de orbes azules y Harry sonrió al ver sus ojos bien abiertos para luego voltear al mar y volver a sonreír con parsimonia, realizando esta acción reiteradas veces. Comparar los ojos de su amigo con el mar era lo mejor que podría haber hecho en su vida. ''¿Tengo algo en la cara? Oh por Dios, ¿me ha salido un grano?'' Styles se largó a la arena a reír, Louis acababa de imitar a la perfección a Gemma.

"Lou." Lo llamó con tranquilidad a lo que respondió con una mirada. "¿Sabes que tus ojos tiene el mismo color del mar?" Louis lo miró con seriedad para luego echarse a reír como nunca en su vida mientras Harry mantenía su ceño fruncido, que alguien le explicara dónde estaba la parte cómica porque enserio no lograba diferenciarla. Odiaba esa actitud de niño burlón que el ojiazul tenía en ciertas ocasiones, lograba hacerlo enojar mucho.

Louis notó el ceño de Harry y cambió su semblante a tranquilo, pensando en alguna comparación justa para los bonitos ojos de su amigo pero no había ninguna, sus orbes jamás podrían ser comparadas. "¿Gracias?" Respondió con interrogación para dedicarle una expandida sonrisa. "Tus ojos son muy bonitos también pero no hallo comparaciones." El rizado lo miró extrañado.

"¿Comparaciones?" Preguntó el menor ante el desconocimiento de aquélla insignificante pero utilizada palabra.

"Comparaciones se les dice cuando dos cosas son parecidas." Explicó el castaño, sintiéndose orgulloso de si mismo por conocer palabras complejas. Tal vez debería ser maestro a los treinta años. "O algo así y tus ojos son muy bonitos así que no encuentro algo tan bonito para compararlos." Las mejillas de Harry se sonrosaron a más no poder y se apresuró a abrazarlo, lo hubiese besado pero sus familias centraban su atención en solo ellos dos y Louis era un niño muy inteligente como para saber que esos "inocentes besos" estaban demás y serían mal vistos. Pero nos queremos, pensó Louis y de inmediato borró todo, no podía besarlo delante de todos.