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Doncaster, Inglaterra.

Diciembre 24, 2010.

Una fría víspera de navidad asomaba, afuera nevaba con desespero y Harry encontraba algo difícil el tema de salir de la cama. La noche anterior corrió a la habitación de huéspedes en busca de su madre para poder llorar tranquilo en su pecho, como lo había hecho las tantas veces que Louis se había comportado como un patán con él.

Sus pies chocaron con el suelo al bajarse de la cama y sintió escalofríos en su cuerpo, creyó que iba a despertar debido a los gritos de festejo pero nada logró sacarlo de sus bonitos sueños

Bajó las escaleras desganado y pudo encontrar a Jay y Anne dejando listo el desayuno para los dos niños de la casa y preparándose para ir de compras.

El de rulos se sentó en una esquina de la mesa a disfrutar su relajante chocolate caliente que venía acompañado de unas perfectas y redondas galletas con chispas de chocolate. No pudo evitar husmear el bonito desayuno que le esperaba a Louis, un pequeño pastelillo con su nombre aparecía en la escena.

Pensó en un momento cómo hubiese sido si hubiera podido caer en los brazos de Morfeo junto al amor de su vida la noche anterior para desearle un bonito feliz cumpleaños ni bien abriera los ojos pero la realidad era algo horrible y uno a veces no puede hacer lo que quiere.

Escuchó un par de pasos por la escalera acercarse hasta él, el castaño (de ahora 14 años) espero a que su amigo volteara para escuchar un estruendoso ''¡feliz cumpleaños!'' pero no recibió nada a cambio.

Carraspeó un poco con su garganta y desfiló glorioso a su lado con solo un par de pantalones a cuadros que conformaban su pijama.

Harry no pudo evitar echarle un vistazo a lo hermoso que era su ex amigo, la atracción que él sentía por éste jamás había desaparecido. Ni siquiera un poquito. Seguía mirándolo como si aún continuaran en aquéllas épocas donde solo podía tenerlo para él sin que nadie estorbara.

El ojiverde se concentró en su rica taza de chocolate y trató de hacerle el menor caso al cumpleañero, éste, para tratar de llamar su atención, golpeó la silla, movió la cuchara dentro de la taza con agresión para hacer ruido y bufó; no recibiendo respuesta alguna, se dignó a hablar.

"Hoy es el cumpleaños de tu persona favorita en el mundo." Sonrió glorioso, dándole un mordisco a su pastelillo.

"No lo creo, Mick Jagger cumple en julio 26." Respondió el otro sin dirigirle la mirada y contando la cantidad de chispas que la galleta tenía.

"¡Ey! ¿No vas a desearme un feliz cumpleaños?" Interrogó el joven con un fingido gimoteo para dar algo de lástima. El menor lo miró, tenía ganas de abalanzarse hacia él y repartir besos en todo su rostro seguido de muchas felicitaciones por su cumpleaños, quería perderse en sus brazos para siempre, sintiendo su aroma que estaba volviéndose algo varonil.

Algo le dijo que fuera y lo abrazara pero él no fingiría estar bien cuando Louis había roto su pequeño y frágil corazón por segunda vez.

"Feliz cumpleaños" Mencionó con desgano y tristeza incluida el menor, ignorando cualquier sentimiento de felicidad que en aquél momento recorriera su cuerpo.

Harry observó cómo su compañero de desayuno volvía la vista a su taza con pocas ganas y algo de decepción en la mirada, ni siquiera se había molestado en dedicarle un ligero gracias. Entonces el del corazón roto se preguntó a sí mismo si Louis alguna vez se había encontrado sufriendo por amor y luego pensó, ¿quién haría sufrir a semejante hermosura? Estaba seguro (y por testimonio del otro) que traía locas por él a todas las chicas del colegio, sonrió por lo galán y por recordar su primer beso pero otro recuerdo no muy lejano azotó su mente, entristeciéndolo un poco más nuevamente: las rudas palabras de Louis la noche anterior.

Life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora