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Doncaster, Inglaterra.

Julio 21, 2002.

Harry reposaba dentro de los brazos de su amigo mayor mientras dormían en la cama del primero, afuera llovía y los planes de visitar el lago por segunda vez consecutiva fueron cancelados. Además, Harry resultó ser algo alérgico a los mosquitos y había grandes manchas en su piel entonces Anne recomendó que tomaran planes tranquilos y optaron por ver una película animada en la alcoba del pequeño.

Un bonito rayo se estrelló contra la tierra haciendo resaltar al de rizos hasta desprender un leve grito de su garganta y Louis despertó, enojado, estaba teniendo sueños bonitos.

"Tengo miedo." Espetó el de rizos cubriéndose con las sábanas mientras veía como Louis se dirigía a las ventanas para observar el clima con detenimiento y es que él amaba las tormentas. Le gustaba como lucían aquéllos nubarrones grises en el azul cielo, le gustaba ver la lluvia caer a través del cristal de su ventana, le gustaba ver aquéllas luces fenomenales que se lucían a la perfección y sonaban estruendosamente. "¿Lou?" Volvió a hablar el pequeño niño sacando del trance a su amigo quien cerró las cortinas para volver junto a él.

"Las tormentas no vendrán y te arrastraran hasta allá afuera, aquí estás a salvo." Explicó Louis mientras veía fijamente las profundas orbes verdes que poseía su compañero. Pensaba en que nunca había visto el color de sus ojos, es decir, nunca había visto unos tan bonitos. Estaba acostumbrado a ver a los de su hermana que eran idénticos a los suyos y ya pero ver los de Harry era como estar en el paraíso, rodeado de cosas bonitas. Algunas palabras se desprendían de la boca del rizado pero el castaño no lograba ponerle atención porque se encontraba vagando en aquéllas bonitas orbes.

"Yo creo que sí." Logró volver a la realidad donde se encontró con un clima perfecto pero horrendo a la vez y a su amigo parloteando sin parar, que era lo que hacía cuando estaba nervioso o algo similar. Acababa de plantearle alguna idea alocada que había salido, seguramente, de su pequeña mente y el ojiazul no había captado ni una sola palabra. "¿Lou? No estás prestandome atención." Se quejó el de rulos mientras fruncia el ceño en forma de protesta y antes de que armara uno de sus tantos berrinches, Louis se adelantó a aprisionar sus labios contra los del menor generando una pequeña chispa entre los dos. "Los besos son lindos solo porque me los das tú." Explicó el pequeño encogiéndose de hombros mientras se acurrucaba bajo la colcha colorida que cubría su cama.

"Yo creo que todos los besos son iguales." Opinó el más grande de los dos, ocultando la verdad, aunque con su pequeño corazón de apenas siete años sentía todo lo contrario. Amaba besar a Harry y simplemente jamás se cansaría de hacerlo porque era hermoso. El de rizos lo miró confundido pero decidió guardarse sus dudas para volver a meterse en la cama.

"¿Puedes leer para mí?" Preguntó Harry emocionado, le encantaban las historias y aún más las que incluían dragones, castillos y príncipes aunque verdaderamente odiara a las princesas por ser tan necias y depender tanto de su jodido príncipe.

"No aprendí a hacerlo bien aún." Informó Louis desganado, a veces tenía la necesidad de leer como Charlotte o su madre lo hacían para dejar contento a Harry y que continuara pidiendo por otras lecturas pero leer no era tan fácil como se lo proponía. Juntar las letras y pensar como suenan juntas es extremadamente estresante, pensaba Louis.

"A mi me gusta como lees. Gemma no sabe leer cuentos." Dijo el ojiverde y los dos se echaron a reír mientras recogían un libro sobre osos, ¿tal vez? "Odio los osos. Las jirafas son más lindas, me gustan sus colores. ¿Cuál es tu animal favorito, Lou? Supongo que los perros, ¡en verdad amas los perros! ¡Cuando sea grande te compraré perros, muchos! ¿Si te gustan los perros, Louis?" Louis se sorprendió de la velocidad al hablar de su compañero, ¿es que no se cansaba?

Life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora