El Chiquete #2

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Luis Enrique Chiquete era amigo mío desde que teníamos 12 años. Así que éramos muy unidos,debido a que nos habíamos conocido en una fiesta de su hermana mayor.

Hoy era uno de esos días,donde me estaba llendo de la patada. Estaba cerca de su casa,así que decidí ir a visitarlo para ver si el podía subir mi estado de ánimo.

Llegue a su casa me di cuenta que solo estaba su camioneta afuera,de seguro estaba solo.

Toque el timbre dos veces pero no abrió. Mordi mi labio y me puse a buscar la llave de repuesto que siempre escondían entre un pinito. Al encontrarla,me gire y abri la puerta.

Entre a su casa como si fuera mía,no era la primera vez que invadía su casa así. Siempre que me invitaba a su casa,me decía que su casa era mi casa. Así que yo era muy confianzuda por lo que todo lo que tenía él,le decía en broma que también era mío.

Entre esperando verlo despierto pero estaba dormido en el sofá,la televisión encendida viendo una peli en Netflix,sonreí viendolo. Luis nunca fue de los que se levantaba temprano,recién eran las tres de la tarde y él estaba en su quinto sueño.

Me senté a su lado y vi un ratito la película,no le encontré interés así que fui a su cocina y me serví un vaso de agua simple.

Volvi a la sala y lo encontré despertándose,se veía realmente encantador. O simplemente yo lo veía así.

-Hola...-salude suavemente acercandome al sofá de nuevo

Vi como sus labios se curvaron en una sonrisa ladina mientras tallaba sus ojos

-Me olvide que venias.-dijo él -Me quedé dormido.

-Lo bueno es que se donde esta la llave de repuesto.-sonrei levemente soltando un suspiro

Enrique me miró unos segundos

-¿Como estás?.-me pregunta después de un rato

-Cansada a morir.-resople dejando mi vaso de agua en la mesita

-He olvidado cuántas veces te he dicho que dejes de trabajar.-dice él y lo miro con reproche

-Y yo he olvidado cuántas veces te he dicho,cuanto necesito el dinero para ayudar a mi familia.-dije yo para luego suspirar

Honestamente lo último que quería hoy era pelear,ya tenía suficiente con mi día desastroso.

-Mejor hazme un masaje,¿sí?.-le hago puchero haciéndome a su lado en el sofá

Lo que más me gustaba de Enrique era que sus masajes eran el paraíso.

-La verdad si te noto cansada.-me dice sonriendo corriendose bien,quedando apretaditos los dos en sofá,mi espalda quedo frente a él

-Ya ves.-le digo yo moviendo mi pelo a un costado -Los sufrimientos de un milenial.

Empezó a sobarme mis hombros,y suspire profundamente dando que todo mi estrés fluyera.

-Estas muy tensa plebe...¿segura que no eres de los cargadores de camiones en el mercado?.-me habló bajito al oído con complicidad,y yo solo sonreía de sus ocurrencias.

-Que gracioso Enrique.-susurre yo sarcástica deteniendo mi cabello para no estorbar

-No quiero que te canses...-dijo él -¿por que no mejor trabajas en el Ranch?,ahí podría verte todos los días. -siguió masajeando mis hombros, acariciando mis brazos... cerré mis ojos al momento, me apretaba hacia con una leve fuerza que me hacía sentir bien.

-Tienes carita de mimosa -dice

-Me esta dando sueño.-le digo yo

-Y eso que todavía no he comenzado con el mágico.-dice él y me río un poco ante sus ocurrencias,me giro hacia él quedando frente a frente para que siga masajeando mis hombros

Me sentía en la gloria, le puse mis piernas encima de las de él,bajo sus manos para masajearlas,y me sentí mejor.

-Acercarte más,no alcanzo.-dice Enrique con sus manos en mis piernas y le hice caso,me acerque un poco más

-¿Ya?.- le miré a los ojos y el también.

¡Qué comodidad sentíamos en ese momento!

Pero entonces...

Agacho un poco su cabeza y posó sus labios sobre los míos, muy suave, sin presión, solo de tacto, con los ojos semicerrados, estuvo así unos segundos, separándolos poco a poco.

-No los retires -dije bajito,Enrique me hizo caso y se quedo un rato más pegado a mí,pasé mi mano sobre su cuello... se retiró unos centímetros y me miró con terneza; se resistió ligeramente pero luego siguió besándome... besos suaves uno tras otro... con su brazo me aprisionó mas contra él. Yo le correspondía en sus besos y abrazo...

Solo nos besábamos suavemente, rozándonos y luego lo hacíamos con mas pasión, nuestros labios entreabiertos, las lenguas jugando, abrazándonos cada vez mas fuerte, como si no quisiéramos jamás separarnos...

-Enrique...-susurre sintiendo avivar mi deseo, nuestros pechos pegados uno a otro. Ya no pensaba en relajarnos, solo besarnos,y acariciarnos...

Nuestros brazos se ponen a jugar por el cuerpo de los dos en caricias, despertando nuestras ansias.

Esta pegado a mí, sonriéndome con cara de niño travieso, paseando sus manos por mi espalda.

-No sé si esto esperabas, pero no me importa, estamos los dos solos, juntos y todo puede pasar.-sigue susurrándome al oído

Yo solo quería descansar, pero esto será relajarme, ahora mi cuerpo esta lleno de ansias por él, por su amor...

-Dame otro beso, pero no de amiga si no de las que quiere algo más...-

Mis pechos apuntan fuertemente hacia adelante, como exigiendo contacto, lo ceñía mas fuerte, le besaba con mucha excitación, él continúa dulce, tierno, pego mis pechos hacia su cuerpo para que me sienta, se que desfallece ante mis encantos.

Me besaba despacio, con provocación, acariciaba mi cuerpo pausadamente, recorría mi pierna desnuda con la punta de sus dedos, sin prisas, calmadamente. Sentía la suavidad de sus dedos, el furor que ponía en ello, presionaba con ternura, pasión, deseo...

Cada vez me sentía mas excitada, le miraba y sus ojos solo demostraban dulzura, esto era una batalla entre lo sexual y la emoción...

Seguía acariciándome, metió su mano entre la blusa, cada vez mas excitado...

No queria deshacer la imagen de Enrique en estos momentos.

Abarco mi pecho con su mano en una caricia de gran ternura.

Me acariciaba, besaba mis labios siempre con suavidad, pasión, los retiraba... besaba la punta de mi pecho.

Metí la mano entre su pantalón y le acariciaba, estaba mas excitado que yo... nos deseábamos con locura, seguíamos besándonos y dejamos que nuestras manos hicieran lo que desearan, que tocaran, tomaran todo, acariciaran... nuestros ojos estaban fijos unos a otro, nuestros labios intermitentes, los roces mas intensos, pasaba su mano una y otra vez por mi pierna, pasaba a mi sexo... seguía y seguía lentamente, notaba mi desespero, sentía el suyo, subía a mis pechos constante, firme, pellizcaba mis pezones con ese gusto que se siente hasta en mi punto mas débil...

Yo hacia de las mías en su hombría, mi mano lujuriosa que sabia palpar la zona que hace gritar, la sentía mojada dentro de su pantalón... apretó mis piernas al sentir venir la culminación, él seguía besándome fuertemente, apasionado, acariciando mi entrepierna con sus dedos, yo temblando en mi exaltación... siento su destello en mi mano, caliente muy caliente, apretábamos nuestros labios y cuerpos mas y mas...

-Me gustas mucho...

Nos apretamos mucho, unidos en el abrazo, acabando de llegar al límite, sudando, sintiendo aun el corrientazo, el espasmo de nuestros cuerpos. Seguimos así un buen rato...

-A mi me gusta todo de ti y el gusto que me has dado mi querida amiga-dijo

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END

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