Kevin Castro #7

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Ya habían pasado cinco minutos desde que se había esfumado la luz. ¡Maldita suerte! Atrapado en ese maldito ascensor sin ventilación, con nadie más que Andrea.

¡Maldición!

Maldecía por la insoportable falta de luz.

Maldecía por el irritante calor que emanaba de todos los rincones de ese pequeño lugar.

Maldecía la hora que seguía avanzando con una lentitud intolerable.

Maldecía a los técnicos por ser unos ineptos y no solucionar el problema con velocidad.

-¿Puedes quedarte quieto por lo menos cinco segundos? Tus tembleques me desesperan.- La voz cansada de Andrea me hicieron voltear hacia ella.

Los destellos brillantes que liberaba su piel a causa del sudor parecieron cegarme por unos instantes.

¡Maldición!

¿Debía ser ella la que estuviera aquí junto conmigo?

No era sano para mí salud mental, y menos con ese diminuto vestido azul cielo que se ceñía de manera magistral a su menuda figura.

-Quiero salir de aquí -exclame exasperado.

-¿Y crees que yo no?,¡Llegaré tarde a mi cita!.

¿Debía decirle que no fuera a su cita?

¡Maldición!

-¿Vas a una cita?

-Sí.-Fue una respuesta monótona - ¡Y Estos tacones me están matando!

Los tembleques de mi cuerpo se intensificaron al notar la delicada mano de Andrea posarse en mi hombro.

Esa chica me miró con una extraña mueca.

Se apoyó de la puerta cerrada del ascensor mientras se liberaba de sus zapatillas, pues, si buscaba el apoyo en mí lo más posible era que me cayera directo contra el piso.

-Kevin, ¿te sientes bien?

-Perfectamente.-Respire hondo con la intención de calmarme.

La mire por escasos segundos

-Me voy a sentar.-Flexione mis rodillas hasta sentir mi trasero impactarse suavemente contra el suelo.

-Yo también. Esos zapatos magullaron mis pies.

Les juro que realizaba esfuerzos sobre humanos para no desviar mis ojos del techo del elevador.

Sentí la figura de la castaña sentarse frente a mí, e imagine la altura que había subido la base de su vestido, mostrando más piel de la que debería.

Cerró los ojos.

¿Quién demonios le había dicho "Enamórate de Andrea", "Desea a Andrea", "Fantasea con Andrea"?

Nadie...

En el corazón, Ni en la mente...no se manda.

Años de amistad en los que esa chica ocupaba la mayor parte de mis pensamientos, y no precisamente como la hermanita de mi mejor amigo.

¿Qué pensaba ella?

"Eres como un segundo Chiquete."

Eso se lo había dicho muchas veces, y yo me recriminaba por ser un completo idiota.

¿No podía besarla y hacerle ver que no era un segundo amigo más?

-¿Con quién ibas a salir?- pregunte tratando de cambiar de tema en mi mente

Imaginas 🔞📿🧿ONLY LOS TOYS🧿📿🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora