16. Problematico.

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Rara vez Finn lloraba, pero al sentirse tan mal por decepcionar a sus padres no pudo evitarlo. Ya habían pagado una gran suma de dinero el año pasado como para que no haber aprovechado la oportunidad de re-cursar el último año. Si no lo dejaban volver, Skylar iba a graduarse y él tendría que buscar una nueva escuela donde por tercera vez tendría que repetir el último año.

Sus padres le daban todo y Finn sentía que no había sido del todo agradecido con ellos, sus actitudes y comportamiento lo demostraban, además le preocupaba no saber qué era lo que quería hacer de su vida una vez terminando la preparatoria. Dentro de él sabía que no está listo para la vida universitaria, aunque tampoco sabía si en seguir estudiando era algo que deseara.

Era un milagro que sus padres jamás le hubieran preguntado qué era lo que pensaba estudiar, ya que definitivamente no tenía una respuesta para esa pregunta.

El chico había estado toda la mañana limpiando la casa de su padre, intentando que pareciera útil su presencia, y antes de que se llegara la hora de comer ya había terminado. Desde entonces había estado en el jardín disfrutando que el día no parecía tan frío como usualmente lo era, solamente tocando los mismos cuatro acordes en su guitarra y mirando a la nada.

Hasta que la melodía se vio interrumpida por el timbre de la entrada. Finn se pone de pie y entra atravesando el recibidor hasta llegar a la puerta principal. Una vez que abre se encuentra con una cabellera rubia, pero no la de su hermana, si no la de su amiga Chelsea.

-Hola- dice la chica ofreciéndole una sonrisa apretada.

El ojo morado e hinchado de su amigo le causaba escalofríos, pero omitió decir algo y parecer grosera. Ya se sentía una horrible persona por lo que intentaba hacer con los Hennman.

-Hola, Chels. Pasa.

El chico se retira un poco para dejarla pasar y una vez que lo hace cierra la puerta.

- ¿Está tu padre?

Niega- No creo que papá quiera verme, ha estado trabajando horas extras desde que pasó eso, incluso en fin de semana.

La voz del chico sonaba dolida y esto fue notado inmediatamente por la chica. Él comienza a caminar por la casa intentando dirigirla a la cocina.

-No creo que tu padre te evite- dice Chelsea intentando animarlo-. Lo más probable es que haya surgido algo que lo tenga trabajando incluso los fines de semana, los imprevistos pasan.

-Curiosamente justo cuando está molesto conmigo- murmura Finn.

La chica no lo ha escuchado, así que una vez que llegan a la cocina, ambos toman asiento.

-Me siento estúpido estar repitiendo la materia por segunda vez y tú tengas que explicarme aun así- dice Finn al momento en que la chica saca sus notas.

-Estúpido sería que fueras demasiado orgulloso como para pedir ayuda- comienza a hojear su cuaderno-. ¿Si no te hubiera llamado hubieras pedido un tutor?

El orgullo del chico definitivamente era demasiado grande. Toda su vida se las había arreglado para resolver sus problemas solo, por más que le costara salir de ellos. Y la prueba máxima era su experiencia en la secundaria. A pesar de que Emmett era de un curso más abajo que Finn, eso no le impedía meterse con él. Nadie sabía lo que había ocurrido verdaderamente hacía años, ni siquiera su hermana o sus amigos que ahora estaban en la universidad. Los únicos que lo supieron fueron los que presenciaron todo.

- ¿De qué libro hablarán estos días?- pregunta Finn intentando evitar la pregunta.

La pregunta de su amiga lo había hecho revivir recuerdos que prefería mantener enterrados en su memoria.

Chels lo mira mal- El diario de Ana Frank.

-La niña que vivió encerrada en un sótano.

-No lo digas tan despectivo, ten un poco de empatía- frunce el ceño-. Es un muy buen libro.

-Chels, odio leer. Tal vez vea la película.

-¡De eso nada!- su tono brusco había puesto nervioso al chico- Si quieres aprobar con Hoffman más vale que leas el libro, sus exámenes siempre son muy específicos, si solo ves la película te aseguro que te irá de la mierda.

Si bien la chica tenía fama de tener pésimo carácter, pero Finn solo había visto su faceta de no estar a la defensiva gracias a estar en compañía de su amiga Skylar.

- ¿Te han dicho que eres grandiosa dando ánimos?

-Todos los días- sonríe apoyando su barbilla en su mano.

Su cabello rubio cae en ondas a los lados de su rostro, de inmediato pasa estos mechones por detrás de sus orejas y se dedica a ver mejor a su amigo frente a ella.

-Bonito moretón.

Finn niega divertido y toma el cuaderno de la chica para ojear los apuntes.

-Ni siquiera puedo usar los lentes de contacto por esto- dice el chico-. Esta tan hinchado que no puedo abrirlo.

Chelsea frunce el ceño confundida- ¿Usas lentes de contacto?

El chico asiente a forma de respuesta, pero mientras intenta leer los apuntes de la rubia se da cuenta de que no puede ver nada claro. Su letra era muy pequeña, y por más que intentaba enfocar en esta, solo veía un montón de manchas.

- ¿Podrías leerlo tú?- regresa el cuaderno frente a ella.

- ¿No quieres ir por tus anteojos?

Se remueve incomodo en su lugar-No tengo.

Los había roto hacía años, y a pesar de que con el dinero que tiene su familia le era fácil permitirse otros, no quería volver a usarlos.

- ¿Y andas por ahí sin ver nada?

Se burla creyendo que es tan solo una broma ya que antes él mismo había admitido no gustarle leer.

-Afortunadamente tengo dos ojos- responde el chico ofreciéndole una sonrisa- Y te veo a ti.

- ¿Y qué tan bien lo haces?

Podía decir la verdad y mencionar como solo podía saber que era ella por su voz, color de cabello y por su ropa, aunque no podía del todo distinguir su rostro.

O podía mentir.

-Muy bien, créeme- le sonríe de forma coqueta intentando hacerla olvidar el tema-. Siempre luces bien, Chels.

Estaban a poco más de un metro de distancia, pero si Finn quisiera poder percibir el color de sus ojos, o la forma de su nariz debía acercarse mucho más a ella.

La chica baja su mirada a sus apuntes intentando ocultar sus mejillas enrojecidas con su cabello, sin saber que el chico definitivamente no podía verlas.

Pero prefería eso que tener que usar anteojos de nuevo.

Epifanías de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora