3

439 31 1
                                    

-¿Disculpa? – Fue lo único que salió de mi boca, estaba totalmente desconcertada por lo que me acababa de decir Milo – No entiendo nada.

- ¿Qué parte no entiendes? – Pregunto nuevamente de forma osca – Te necesito para arreglar mi carrera y luego adiós

- ¿Y qué te hace pensar que yo seguiré tu juego? – pregunté enojada parándome y poniéndome al frente de el

- Yo soy el famoso aquí, no tú, por ese simple hecho yo mando – contesto agriamente, pero yo simplemente no podía asimilarlo. ¿Se creía superior? ¿Yo sería su juguete?

- Mira niñito famoso – escupí – Tu a mí no me mandas, lo dije durante absolutamente todo el ¡puto programa!, yo no estoy aquí por voluntad propia, me metieron por error.

- Bueno lo siento, ya estás dentro ahora me harás caso – exigió

- No, no lo haré – me defendí, pero creo que fue mi primer error, rápidamente se acercó a mi tomando por la cintura y dejando unos escasos centímetros de distancia entre nuestros rostros.

- Claro que lo harás, yo gané este estúpido juego así que no hagas más problemas – siseó mirándome fijamente a los ojos, que estaban fijos en los de él, era increíble cómo se habían oscurecido y no había rastro de la veta verdosa.

- Está bien – solté, a lo que el formo una sonrisa triunfadora en su rostro – Pero solo te voy a pedir una cosa

- Depende de que – respondió rápidamente, aun tomándome por la cintura.

- Primero ¡aléjate! – le pedí a lo que él hizo caso – Ya que tú eres famoso y todo ese cuento, negarás ante quien sea que estás saliendo conmigo, lo haré, pero prefiero salir como la chica misteriosa, no quiero que nadie se entere que estoy cumpliendo estás malditas citas contigo.

- ¿De qué te servirá eso? – enarcó una ceja – Por favor, cualquiera quisiera que la vincularan conmigo

- Lo siento, no soy como cualquiera – le sonreí burlonamente – Dirás lo que sea, pero la chica que verán saliendo allá afuera contigo no es la misma que "ganó" este puto concurso.

- ¿De qué te servirá eso? - volvió a preguntar

- Tengo una familia que me enseñó con valores, y esto no está dentro de ellos – dije enmarcando toda esta situación – Y no los voy a desilusionar a ellos por esto

- Está bien, acepto el trato – dijo algo inseguro – Pero de todas formas tendremos que salir juntos de aquí, reglas del concurso.

- Maldito concurso – dije entre dientes – Será la única vez Manheim .

- Créeme a mí tampoco me agrada, pero ven vamos – dijo estirando su mano

- ¿Se supone que te la tengo que tomar? – pregunté de forma molestosa, viendo su mano estirada

- No, te la tienes que comer – me respondió el de forma irónica achinando sus ojos

- No gracias, no tengo hambre – pude ver su mirada de odio sobre mí y yo solo quería soltar una risotada, pero él lo que menos quería era reírse.

- Ven aquí y no hagas más problemas – me tomo rápidamente la mano entrelazando con la de él, sin pensarlo dos segundos tome mi bolso y traspase esa puerta con él para encontrarme con millones de cámaras esperándonos a nosotros. Por instinto me refugie tras Milo y apoye mi frente en su espalda para que no me enfocaran demasiado, y empezamos a caminar lentamente mientras Milo intentaba hacerse camino entre la gran cantidad de personas que estaban ahí.

- ¿Está todo bien con tu nueva cita Milo? – preguntó uno de los tantos camarógrafos, periodistas, lo que sean.

- Simplemente nos conoceremos, prefiero vivir el momento – contesto amablemente él, y yo solo rodee mis ojos, no había chico más bipolar que este hace unos minutos estaba como uno ogro gruñón dentro de la habitación y ahora era un angelito caído del cielo, amable.

The Choice Adaptación (Milo y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora