Apolo se despertó en una cama que no era la suya, pero la conocía.
La chica que descansaba sobre su pecho, era especial para él.
Charlotte respiraba profunda y pausadamente.
Apolo miró a su alrededor. Las pesadas cortinas tapaban las ventanas, y todo estaba a oscuras.
Un insistente golpeteo en la puerta, lo sacó de su ensoñación.
–Joven Charlotte. –Decía una voz de mujer detrás de la puerta. –¿Está todo bien? ¿Joven Charlotte? Necesito ordenar su habitación.
Apolo no sabía qué hacer. Sacudió a Charlotte un poco, rogando porque despertara antes que la mujer afuera de la habitación entrara.
–Char…–Susurró. –Char, despierta.
Los golpes se escucharon más fuertes.
–Joven Charlotte… Tengo que entrar. Necesito que responda.
–Char. –Le rogó Apolo. –Reacciona.
La joven se estiró y sin abrir los ojos gritó.
–¡Cassandra vete!
–Pero…
–VETE. QUIERO QUE TE VAYAS, ¿NO VES EL MALDITO CARTEL EN LA PUERTA? “NO MOLESTAR”… NO MOLESTES CASSANDRA.
Apolo la miró. La joven se había movido de su pecho, pero seguía con los ojos cerrados.
Los golpeteos cesaron y se escuchaban unos pies alejándose de la puerta.
Charlotte se levantó de la cama, desnuda y fue hacía las ventanas. Abrió la cortina más alejada de la cama. La luz del sol entró a raudales en la habitación
Apolo la miró incrédulo.
–Hace un horrible día afuera. –Determinó. Luego miró a Apolo. –Me encanta. ¿Tienes ropa? Hay algo de mi papá que podría quedarte. A veces lo uso.
Apolo se miró, y se dio cuenta que no tenía nada de ropa. Se sonrojo y se tapó un poco más con las mantas.
Charlotte notó eso.
–Oye, no te avergüences. –Le dijo mientras corría y saltaba a la cama, cayendo cerca de él. –Estuviste maravilloso. Estoy comenzando a sospechar que me estabas mintiendo.
–¿Maravilloso…?–Dijo sin creerlo.
–¿Qué? –Los ojos verdes de la joven se abrieron. –¿No te gustó? ¿Estuvo mal para ti? Lo lamento si hice algo que no te gusto… Yo…
Apolo la calló con un beso.
–Me encantó. –Le dijo contra sus labios. –Y lo haría de nuevo.
–Con respecto a eso…No podremos. Tarde o temprano, Cassandra entrará para ordenar y no sería buena idea que me encontrara arriba tuyo, ¿no crees?
Apolo rió y la besó de nuevo.
–De acuerdo…¿No hacía un día horrible afuera? Salgamos.
–De acuerdo, me iré a bañar y ya te traigo ropa. Usa el baño de aquí si quieres. Yo usaré el de mis padres.
–¿Tienes baño aquí? –Le preguntó sin creerlo y comenzó a mirar para todos lados.
–Tonto. –Le dijo la joven. –Empuja el panel, –Señaló el panel que ella había corrido anoche. –, camina por el cambiador, no te detengas a mirar mi ropa, y al fondo en una puerta violeta encontraras el baño. Hay toallas y cepillos de dientes de repuesto, por las dudas.
–¿Cepillos…?
–Cameron y Dylan suelen quedarse a dormir de improviso y siempre hay que estar preparada.
Se levantó de la cama, tomó la camisa que había estado usando ayer y se la puso.
–Ahora te traigo la ropa.
Salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella. Apolo se levantó y fue hacia el baño siguiendo las instrucciones de la joven. El cambiador era largo, con ropa colgada en ambas paredes, estanterías con zapatillas decoraban una parte de las paredes. Al fondo, Apolo vio la puerta violeta. Caminó, la abrió y entró al baño.
Era amplio, pero no era la gran cosa. Era blanco, una bañera con cuatro patas simulando garras, rodeada por un cortina dorada, estaba en un lado del lugar, un gran espejo adornaba la pared contraria a la puerta y una pequeña estantería sostenía las muchas toallas violetas.
Si Apolo sospechaba que Charlotte era un poco egocéntrica, sus sospechas estaban en lo cierto. Aunque pensaba que podría ser más narcisista.
Se metió en la bañera y abrió el grifo del agua. Agua tibia salió de inmediato y lo despertó más de lo que estaba.
La puerta abriéndose lo hizo abrir la cortina, para ver al intruso.
–Lo lamento. –Era Charlotte aún con la camisa. –Te traje la ropa de inmediato. Una remera y pantalones. Espero que te gusten algo ajustados. Esto era de mi papá y es bastante viejo. A veces yo los uso. Es más, yo los uso. –Dijo mientras admiraba los pantalones negros. –Como sea, te dejo tranquilo.
Dejó la ropa sobre el inodoro y se fue.
Apolo se bañó tranquilamente.
Por primera vez sentía que las cosas estaban bien.
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Despertando con un extraño.
Teen FictionCharlotte siempre supo lo que quiso. Era la chica fiestera del grupo. Siempre iba de fiesta en fiesta. Pero cuando Charlotte despierta en la cama de su compañero "nerd" de secundaria decide dejar un poco de lado los excesos. Sabiendo que eso podría...