𝐒𝐈 𝐒𝐔𝐏𝐈𝐄𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 | 𝐘𝐄𝐎𝐍𝐁𝐈𝐍

♡ 29 ♡

— ¿Soobin-ah? — preguntó Yeonjun con los ojos entrecerrados, ingenuo, dudando si era real o falso lo que estaba viendo.

Lleno de euforia se acercó a Soobin al mismo tiempo que el contrario se acercaba a él, deteniéndose a centímetros, por fin estaban frente a frente.

— Aquí estás — murmuró él rubio aún sin poder creerlo, con la voz levemente quebrada.

El más alto no respondió, tenía el ceño fruncido y sus ojitos cristalizados, añadiendo un pequeño puchero, Yeonjun juraba que era el desastre más adorable que había visto en su jodida vida, aunque ese sentimiento duró poco pues recibió un fuerte puñetazo en el pecho por parte del pelipurpura.

— ¡Auch! ¿Por qué? — se quejó Yeonjun.

— ¡Eres un idiota! — gritó Soobin entre lágrimas.

— Soobin-ah... — la expresión del rubio pasó de una sorprendida a preocupada, cuando el más alto de los dos no pudo contener sus lágrimas y comenzó a llorar como si de un bebé se tratara.

Yeonjun no estaba seguro de que hacer, tenía miedo de lastimarlo aún más, odiaba ver en que había convertido a ese chico alegre y de hermosos hoyuelos. Con miedo, posó ambas manos en los hombros de soobin para atraerlo a él lentamente y abrazarlo a modo de consuelo, también dejando escapar alguna que otra lágrima, se sentía culpable por haberlo herido tanto.

Soobin correspondió al abrazo con las manos temblando, estaba asustado como un gatito, pero se sentía seguro entre los cálidos brazos de su hyung.

Cuando su llanto cesó se separó abruptamente del mayor, sonrojado por supuesto y sin entender sus propias acciones. Yeonjun lo miraba de una manera extraña para Soobin, antes no estaba ese brillo en sus ojos cuando estaba con él, algo había cambiado.

— ¿Nos sentamos? — preguntó el rubio quebrando el ambiente incómodo que se había creado. Soobin asintió.

Ambos caminaron lo poco que los separaba de la banca, Yeonjun fue el primero en tomar asiento pero el más alto la miró por varios segundos, recordando a ese chico de cabellos grisaceos que había conocido hace ya casi dos años y que ese mismo día había robado su corazón. Cuando finalmente despertó de su mini trance se sentó a un lado del rubio, solo mirando al frente, sin decir nada.

— S-soobin yo... lo siento en verdad, se que no tuve que haber mentido con algo así pero desde que soy niño me da miedo lo que la gente diga de mi, siempre siento las miradas de todos... A veces me siento enjaulado, perdóname Soobin-ah, nunca supe todo el daño que te hice hasta que te perdí — comenzó Yeonjun nervioso, estaba totalmente avergonzado, las palabras no salían tan fácilmente y no por orgullo si no por pena.

— ¿Es todo lo que tienes que decir? — preguntó Soobin, serio.

— N-no yo...

— Explícame algo —  lo interrumpió, el rubio no tuvo otra opción más que callarse y poner atención — ¿Dónde quedaron todas esas citas? ¿No estás pensando en esa persona? — Yeonjun lo miró confundido.

— ¿Citas? — se detuvo a pensar un momento, fue entonces que recordó y no pudo evitar soltar una risita, provocando que Soobin frunciera el ceño — Tú... ¿Creíste que se trataban de citas románticas? — el pelipurpura asintió confundido, Yeonjun rió nuevamente — Me estaba reuniendo con mi mamá Soobin, ella es perfumista y vive en Japón así que no puede visitarme tan seguido, por eso estaba tan emocionado.

En ese momento, Soobin deseó que la tierra lo comiera vivo para desaparecer, jamás había sentido la cara tan caliente, seguramente estaba rojo como un tómate. No obstante, supo defenderse de inmediato.