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(Actualidad)

Dos semanas después...

Ya habían pasado varios días desde el partido de voleibol, como era de costumbre la preparatoria Jajangmeon quedó en segundo lugar, terminando el juego con cinco puntos a dos, sin mucha diferencia pero con bastante ventaja para el equipo rival, llevándose así el trofeo de la temporada.

Sin embargo, eso no importaba para Soobin a quien de nuevo la vida parecía odiarlo, a ese punto ya no era extraño despertar en medio de la noche y no volver a dormir, o contraer insomnio, tampoco comía como antes, se limitaba a una simple manzana por la mañana, tal vez arroz por la tarde y por la noche no tenía las suficientes energías para salir de su cama y bajar para tener una buena cena. Pero en realidad, no todo era tan malo, casi todos los martes y jueves de cada semana salía al parque o a cafeterías con Jungkook, su amable superior. Pasar los días con Jeon Jungkook era como ir a terapia, a veces lo regañaba por ser un cabezota pero a veces también lo consolaba, entendiendo sus situaciones adolescentes.

Todo con Choi Yeonjun, se había ido a la mismísima mierda, ya no era como antes, ahora eran solamente apariencias. Cuando estaban solos ya no se molestaban mutuamente, tampoco bromeaban o se miraban a los ojos, el rubio se había alejado de Soobin y esto sin duda, lo hacia sentir inseguro, triste y hasta enojado consigo mismo.

¿Había hecho algo mal? ¿tendría que importarle? ¿por qué no lo mandaba al diablo?

No era sorprendente que el pelipurpura fuera un desastre, lo era día a día, pero era un desastre adorable. En cambio a esos desastres, esos días era como un huracán, peleando con su corazón, y con su cabeza, teniendo una guerra interna que parecía no iba a terminar nunca. Una parte de él, incluso odiaba al rubio, la otra parte lo seguía amando con todo lo que tenía ¿a quién debía seguir? ¿su corazón o su cabeza tenía razón? Estaba cansado, solo quería quedarse a dormir y no despertar en unos años.

— Woah tu realmente pareces un Zombie ¿ya viste tus ojeras? ¿Has dormido? — preguntó Beomgyu para tomar un poco de leche de chocolate por la pajita. Soobin suspiró pesado, tratando de no dormirse ahí mismo, incluso se sentía molesto, vaya que necesitaba descansar.

— No Gyu, otra vez me dio insomnio — respondió al tiempo en que se masajeaba las sienes, incluso comenzaba a dolerle la cabeza ¿se estaba enfermando?

— Te lo advertí ¿no es así?

— ¿Advertirme qué? — dijo Soobin con el ceño fruncido, a lo que Beomgyu no tardó en suspirar para acercarse un poco más a su mejor amigo.

— Te dije que dejaras toda esa mierda desde el inicio, mírate ahora, estas de malas todo el tiempo, te vez enfermo... no quiero verte morir lentamente de tristeza — habló Beomgyu mirándolo a los ojos un tanto frustrado, ver el cambio tan radical en alguien importante para él lo ponía triste, lo único que quería era proteger a Soobin.

El pelipurpura suspiró pesado por segunda vez, en realidad, su estado no era solo por Choi Yeonjun. Debido a todos esos engaños, dos de sus mejores amigos se habían alejado de un día para el otro, aunque en Hueningkai fue un poco más notable, pues siempre que se topaba con Soobin o Yeonjun, los evitaba a toda costa. Todo se había vuelto secretos, mentiras y desilusiones.

— Extraño los viejos tiempos, es todo — se limitó a decir Soobin, bajando la mirada con una pequeña mueca en sus bonitos labios, Beomgyu acarició el hombro del contrario en un intento de consuelo, pero sabía que eso no era suficiente si quería, al menos, sacarle una sonrisa.

— ¿Hoy irás a la tarde de videojuegos en la casa de Tae? — preguntó de modo casual.

— No lo sé, prometí ver a Jungkookie sunbaenim a las ocho — frunció el ceño mirando la pantalla de su teléfono para revisar la hora, faltaba poco para salir del colegio.

𝐒𝐈 𝐒𝐔𝐏𝐈𝐄𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 | 𝐘𝐄𝐎𝐍𝐁𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora