♡Extra 4/4♡

2.9K 296 77
                                    

Teach me for a kiss

El día era soleado, el cielo podía verse en su máximo resplandor pues las nubes estaban casi ausentes, habían elegido un día perfecto para pasear en bicicleta por ahí, tan solo divirtiéndose como solían hacer en los días de verano, también aprovechando para darle un recorrido a la prima pequeña de Beomgyu, que iba de visita desde Daegu.

— ¿Dónde está? — se quejó Taehyun mirando el reloj que descansaba sobre su muñeca.

— No lo sé, dijo que vendría pronto — contestó Beomgyu alzando los hombros, al tiempo en que aseguraba el casco color rosa a la cabecita de la niña. Esta sonrió.

— ¿De quién están hablando, Gyu? — preguntó la pequeña de coletas, inclinando su cabeza un poco.

— Oh de nadie Haneul, solo de un chico que siempre llega tarde — se adelantó el pelirrojo a contestar, suspirando con fastidio.

— Tengan paciencia, probablemente tuvo algún compromiso con su madre o en la academia de baile — soltó Soobin balanceándose en su bicicleta color rojo, en un tono tranquilo pero preocupado al mismo tiempo.

Habían dejado pasar más o menos diez minutos pero no se veía rastro alguno del rubio, por lo que comenzaban a desesperarse pues el tiempo avanzaba y querían aprovechar el día al máximo. Taehyun estaba a punto de quejarse de nuevo cuando una silueta llamó su atención, efectivamente era su mejor amigo pero llegando de una forma rara que hizo a los demás voltear.

Como cualquier persona normal que llevara una bicicleta consigo debería conducirla, pero en el caso de Yeonjun no era así, solo caminaba con notable cansancio hacia ellos, viéndose tanto el vehículo como el chico en perfectas condiciones.

— ¡Hyung! — saludó Hueningkai emocionado sobre su bicicleta, agitando una mano de un lado al otro. El rubio le dedicó una sonrisa.

— ¿Por qué llegas tan tarde? — Beomgyu se cruzó de brazos frunciendo las cejas.

— Y-yo, tuve un problema con esta cosa, así que tuve que caminar hasta acá — sonrió nervioso, el castaño no le tomó tanta importancia por lo que solo lo dejo pasar y se acomodó en la bicicleta que compartía con su prima.

— Bueno, vámonos, tenemos mucho que recorrer — indicó Hueningkai sonriente, los demás asintieron y en fila fueron saliendo del parque sobre sus bicicletas, a excepción de Soobin quien esperaba a su novio pacientemente.

— ¡Vamos, o nos dejarán! — dijo emocionado el pelipurpura, listo para empezar a pedalear.

— Soobin-ah... no se cómo hacerlo — susurró más para si mismo que para el contrario.

— No seas ridículo, vamos — espetó el chico volteando para ver a su pareja con una sonrisa, pero está se borró rápidamente al ver la incomodidad en el rostro de Yeonjun. — E-espera ¿En serio no sabes cómo manejar una bicicleta? — el rubio miró al suelo, negando lentamente con la cabeza.

— Cuando mis padres se divorciaron, papá estaba muy ocupado deprimiendose y en el trabajo, no tenía tiempo para enseñarme cómo hacerlo — contestó apenado, realmente se sentía avergonzado pues un chico de casi dieciocho años debía saber una cosa tan básica.

Soobin se quedó mirando a su contrario por algunos segundos, hasta que por su cabeza se atravesó una excelente idea.

— ¡Te enseñaré como! — dijo con emoción. Los ojitos felinos del rubio se abrieron más de lo normal.

— Pe-pero ¿Y los demás? — Soobin negó con la cabeza, acercándose a Yeonjun para tomar sus manos y entrelazar sus dedos, quedándose bastante cerca del rostro contrario, cómodo.

𝐒𝐈 𝐒𝐔𝐏𝐈𝐄𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 | 𝐘𝐄𝐎𝐍𝐁𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora