𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 | 𝐃𝐚𝐫𝐲𝐥 𝐃𝐢𝐱𝐨𝐧

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Había amanecido, hoy saldríamos en busca de Sophia, yo ya estaba lista para salir, tenía mi cuchillo, arco y arma cosa que no quería que Andrea viera, Papá tendió un estuche con un montón de armas blancas que al parecer encontró Carl

–Todos tomen una.–dijo papá refiriéndose a las armas.

–No son las armas que necesitamos. ¿Y las pistolas?–preguntó Andrea.

–Ya hablamos de eso, Rick, Daryl, Victoria y yo las llevaremos, no podemos disparar cada vez que se mueve un árbol.–le respondió Shane.

–No me preocupan los árboles.–dijo Andrea haciéndole la contra.

Todos nos separamos hacia los autos pero mi familia y yo nos acercamos a la casa rodante junto a Dale

–Dale, repara la casa rodante, por favor. Al volver necesitáremos partir. Y cuida de Carl por favor.–dijo papá.

–Yo quiero ir, ademas necesitan gente para revisar todo lo posible.–dijo Carl mirándonos a todos y papá y yo volteamos a ver a mamá.

–Decide tú, no seré siempre la mala.–le dijo mamá a papá y volteé a ver a Carl.

–Los tiene a ustedes diría que esta en buenas manos.–dijo Dale y papá accedio con la condición de que siempre podamos verlo.

Dale le dio un guiño a Carl y yo le sonreí

Estábamos juntando algunas cosas para irnos y de pronto vemos a Andrea acercarse a Dale, sabía lo que le diría así que me acerqué también

–Andrea, no me hagas esto.–pidió Dale haciendo un movimiento con las manos.

–Dale, no iré allí sin mi arma. Hasta diré por favor.–dijo Andrea.

–Esto lo hago por ti.–dijo Dale mirándola.

–No, Dale, lo haces por ti. Debes parar.–dijo Andrea y dio una pequeña pausa— ¿Que crees que haré? ¿Que me la pondré en la boca y me dispararé apenas tú me la des?–preguntó sarcástica mirando a Dale.

–Si...–dije hablando finalmente, Andrea me miro un poco mal pero me ignoró.

–Mira, se que estas enojada conmigo, me doy cuenta, pero si no hubiera hecho lo que hice tu estarías muerta.–dijo Dale y todos voltearon a vernos.

–Jenner nos dio a elegir, elegí quedarme.–dijo Andrea.

–Elegiste el suicidio.–dijimos Dale y yo.

–¿Y a ti que te importa? ¡Apenas me conoces!–dijo Andrea nuevamente a Dale ignoraba un poco mi presencia.

–Sé que la muerte de Amy te quebró, pero...–dijo Dale pero Andrea lo interrumpió.

–No metas a Amy, no se trata de Amy, se trata de nosotros y si decidí que no tengo nada más por que vivir ¿Quien eres tú para contradecirme? ¿Para impedírmelo de este modo?–preguntó la rubia.

–Te salvé la vida.–dijo Dale y nuevamente Andrea lo interrumpió.

–No, Dale. Yo te salvé a ti y tu me obligaste. No quería tu sangre en mis manos y solo por eso me fui del edificio, ¿qué esperabas? ¿Que tuviera una especie de Epifanía? ¿Que me renaciera el amor por la vida?–dijo irónica y suspiré.

–¿Quizás un poco de gratitud?–comentó Dale.

–¿Gratitud?–le interrumpió nuevamente Andrea— Quería morirme a mi manera, no despedazada por unos monstruos. Era mi decisión, y tú me quitaste eso, Dale.–dijo y esta vez interrumpí yo.

–¿No despedazada por monstruos pero si volando en mil pedazos?–le pregunté con sarcasmo.

–Pero...–dijo Dale y esta le volvió a interrumpir.