Degolló a mi prima.

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*HISTORIA ACONTECIDA DESPUÉS DE LOS HECHOS DE LA SANGRE DEL OLIMPO*

POV Percy Jackson.
¿Cómo inició esta historia? ¿Desde la parte donde le rebanó la cabeza a la Diosa Artemisa? ¿o donde Leo revienta la estufa en un restaurante?
Los siete habíamos tomado unas pequeñas vacaciones después de tener un gran tiempo sin vernos, fue difícil decidir a dónde iríamos, después de un reñido disparejo y finalmente un piedra, papel y tijera entre Annabeth y Leo, el lugar a visitar fue México.
Había tres cosas buenas de que Leo ganara:
1) No íbamos a estar visitando museos todos los días, como hubiese pasado si ganada Annabeth.
2) Mi estómago estaría satisfecho con la comida.
3) Nada de viajar por los aires o subterráneamente.
Viajamos tres días en carretera, fue algo difícil considerando que debíamos compartir música, intercambiar lugares de asientos y el único que iba privilegiado era Jason, el solo conducía y de vez en cuando miraba por el espejo retrovisor a Piper, últimamente se habían vuelto esa clase de novios que empalaga y causan náuseas. Miré a Annabeth que estaba absorta en un libro de arquitectura virreinal, era imposible que ella llegara al país sin saber algo de su historia y decirnos algunos datos curiosos mientras recorremos las calles.
Justo al pasar la aduana sentí tranquilidad, por fin saldría del apretujado auto pero al paso de dos horas supe que me equivocaba, la ciudad estaba más lejos de lo que pensé.
—Es un país con gracia —halagó Piper— Hay mucha naturaleza.
—Y mucha agua —añadí viendo el enorme río que estábamos pasando— Detente Jason, siento un llamado.
—¿De quién? —preguntó Frank ingenuo.
—Vamos amigo, detente —rogué, él aceptó a regañadientes y tomó la salida de la carretera en dirección al río.
Ni siquiera espere a que Annabeth abriera la puerta y saliera, pase por encima de ella y su libro con una sonrisa y corrí en dirección al río. Me metí sin pensarlo dos veces, saqué la cabeza y vi las caras de todos, Jason me miraba rogando que volviera al auto y nos fuéramos, Piper, Leo y Frank se sentía tentados por la idea de acompañarme en el cuerpo de agua, Hazel estaba en sus propios pensamientos y Annabeth me mostró su libro, el cual tenía una hoja doblada y significaba que me mataría en cuanto saliera del agua, yo solo sonreí nervioso.
—¡El agua está perfecta! —grite— ¡Dense un chapuzón!
Piper y Leo intercambiaron una mirada veloz y se quitaron su ropa hasta quedar en traje de baño, se metieron al agua que estaba en perfecta temperatura y soltaron un suspiro de satisfacción. Frank tomó a su novia y se metió con ella, Hazel no estaba tan convencida pero le asegure que Poseidon no era como Zeus y no la mataría por ser hija del tío Hades.
Salí del agua, camine hasta donde estaba Annabeth que construía un castillo de arena a detalle, me senté a su lado, me miró como si aún estuviera enojada conmigo pero al acercar mi rostro al de ella sonrió sonrojada, le di un pico y mire lo que hacía.
—Lo siento —exclamé haciendo una montaña de arena— Te compraré otro libro de edificios.
—Me parece una increíble idea —exclamó colocando una banderita en la montaña de arena que había construido.
Después de casi dos horas regresamos al auto para buscar un lugar donde comer y seguir nuestro viaje. Para cuando cayó la noche estábamos en un hotel en la capital del país, nos dividimos en hombres y mujeres para descansar ya que mi novia había preparado un tour para ver los monumentos de la ciudad y nadie quería hacerla esperar ni siquiera un minuto la mañana siguiente.
...

El pitido del camión rojo que nos transportaba sonó por los altavoces, Leo traducía todo y solo nos mencionó que dos estaciones más y llegaríamos a nuestro destino, mire por la ventanilla y vi una estatua abstracta de un caballo o al menos eso veía yo.
—Es el caballito, se inauguró en el 92 —hablo una mujer de unos treinta años, Leo nos tradujo sus palabras— Es muy emblemático por aquí.
Mi cerebro se desconecto de la conversación cuando hablo de un presidente y su función o algo así, me dedique a ver sus rasgos pero no por ser un acosador solo porque había aprendido a sospechar de todos. Era de tez morena casi como Leo, cabello negro que le llegaba hasta los hombros, unos ojos redondos del mismo color, su risa me recordaba a la de los Stoll.
...

One Shots Rick Riordan UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora