Arendelle y los fantasmas del pasado - Descubrimientos - Libro I

Capítulo 5 Comienzan los preparativos y los problemas

Las cosas volvieron a su normalidad en el castillo de Arendelle, bueno, casi todo. Elsa estaba aún más feliz y optimista. Después de su coronación, durante estos 3 años, mientras iba venciendo sus miedos también iba saliendo a luz su verdadera personalidad, que a pesar de que aún era seria y responsable, también era feliz y soñadora. Pero después de la visita de los gemelos de Grecia, esta personalidad había salido a relucir aún más y es que Elsa conservaba la rosa blanca que Nicolás le dio junto a su cama y cada vez que amanecía y la veía, recordaba lo bien que la había pasado ese fin de semana y no podía creer que ella hubiera llegado a sentir por alguien más que no fuera su familia, casi lo mismo que sentía por Anna y Kristoff y lo que aún mas la sorprendía, era que sus amigos habían llegado a sentir lo mismo por ella. Esto empezó a abrir aquella ventanita que ella tanto se había esforzado por cerrar en sus años de desolación y ahora pensaba "tal vez, solo tal vez, yo si podré encontrar el amor."

Las semanas pasaron y las planificaciones para la boda de Kristoff y Anna empezaron. Elsa, Anna, Kristoff y el consejero real se encontraban en la oficina de la reina una tarde, empezando a hacer los planes.

- "Creo que tener la boda al final del verano sería bueno, ¿la última semana de agosto tal vez?" dijo Kristoff.

- "Eso nos daría unos tres meses... casi cuatro, para preparar todo" observó Elsa.

- "Podría hacerse si se empieza con todo inmediatamente" dijo el consejero real.

Anna había permanecido inusualmente callada durante este tiempo, estaba sumida en sus pensamientos.

- "¿Que dices tu Anna?" preguntó Elsa, sacando a su hermana de sus lucubraciones.

- "Kristoff, ¿dijiste que en el verano verdad?" preguntó Anna empezando a esbozar una sonrisa.

- "Si, pensé que sería bueno ya que es tu estación del año favorita y... espera, ¿que estás tramando Anna?... conozco esa mirada" dijo Kristoff empezando a poner cara de miedo.

- "Si, parece ser una locura lo que estás pensando Anna..." dijo Elsa con los ojos bien abiertos y con un poco de precaución en su voz, ya se veía venir otra de las ideas de su hermana.

- "Si, el verano es mi estación favorita y estaba pensando... ¿sería una locura hacer la boda frente a un sol de medianoche?" preguntó Anna jugando con sus dedos nerviosamente.

Hubo silencio ante esta pregunta y Anna empezó a sentir miedo de que rechazaran su idea, siendo la romántica que era, había soñado casi que toda su vida con el día de su boda y siempre había querido que fuera algo único y especial, algo solo para ella y se había metido en su cabeza últimamente, la idea de hacerlo frente al sol de medianoche, oír un no a eso, le quebraría el corazón. El primero en romper el silencio fue el consejero real quien dijo, tratando de no ofender a la princesa:

- "Alteza, eso es algo que nunca se había hecho y creo que sería..." el consejero fue interrumpido por un susurro de la reina.

- "...romántico..." todos la voltearon a ver incrédulos.

- "¿Qué dijiste Elsa?" preguntó Anna llenándose de esperanza.

- "Creo que eso sería muy romántico" dijo Elsa levantando la mirada y dando una gran sonrisa a su hermana. "Anna, no pienso en nada que sería más adecuado para la romántica de mi hermanita... y si eso es realmente lo que quieres, así se hará."

- "¡Gracias Elsa! ¡Eres la mejor!" gritó la princesa abalanzándose sobre su hermana y llenándola de besos. Mientras Elsa intentaba quitársela de encima con risas.