Louis.
El rizado que se sentaba junto a él en el bus estaba leyendo sus cómics. Al principio creyó que fue solo una casualidad. Luego llegó a pensar que lo estaba viendo a él, pero se convenció de que estaba leyendo sus cómics cuando vio que su vista recorría las páginas que el castaño leía.
Louis se acaba de convencer de que jamás había visto unos ojos tan verdes como los de ese chico ni una mata de rizos chocolate tan inmensa. Hoy el ojiverde lucía bastante ridículo, incluso un poco más de lo habitual. Y está leyendo mis cómics, pensó Louis. Sintió algo de remordimiento y consideró hablarle, no mucho, pero por lo menos soltar un simple saludo. Sí, con eso bastaría, quizás. Aunque se vería muy patético de hecho, puesto que había pasado mucho tiempo sin decir absolutamente nada, romper con la rutina probablemente sería algo de lo que luego se arrepentiría. Se sentaban juntos una hora al día, media hora de ida y media hora de vuelta.
Louis convino que lo mejor sería callar y solo sostener más abierto el cómic para facilitarle la lectura a aquél chico de ojos verdes. Incluso pasaba las páginas más lentamente.
Harry.
Su madre lucía terriblemente agotada. Recién entonces Harry fue conciente de la edad de su madre, ella siempre lucía más joven e incluso si el ambiente lo ameritaba hasta se veía relajada.
Cuando llegaron los pequeños Simon y Rusell correteando de la escuela y atentando contra el silencio con sus estruendosos trotecitos, Anne perdió la poca paciencia que tenía y estalló. Bastó con su miradita de furia y su postura: tenía el brazo derecho en jarra y con la mano izquierda señalaba la puerta trasera, para que todos saliesen pitando de la casa. Incluido Harry.
- ¡Mamá! – protestó el ojiverde – Aún no he tomado un baño el día de hoy y sinceramente ya apesto.
Por lo visto el día de hoy ella había decidido ignorarlo. Genial, bufó el rizado. Casi siempre procuraba bañarse temprano porque le incomodaba la presencia de Clarence cuando se duchaba, sobre todo desde que alguien había quitado la cortina del baño.
Los niños pequeños estaban en un columpio que, con la ayuda de Harry, habían hecho con madera de un viejo mueble que iban a botar en la antigua casa, y para apaciguar las aguas Anne les había permitido traerlo.
En un intento de ser amable con esos niños con los que habían tramado tantas travesuras contra Clarence en otros tiempos, les habló:
- ¿Necesitan ayuda con sus deberes? – En realidad le hubiese gustado preguntar “¿qué diablos se supone que hagan cuando haga demasiado frío para jugar afuera?”. Porque recién estaban en septiembre y ya comenzaba a sentirse la temperatura más baja que la inexistente inteligencia de Josh. Mientras el cavilaba sobre como la pequeña habitación estallaría si en el crudo invierno tenían que estar juntos en un mismo cuarto, Simon hamacaba a su hermano con fuerza para probar que “era un chico grande y con fuerza”.
- No – respondieron a dúo – papá nos obliga a terminar todo en la escuela o nos da una golpiza.
Se le encogió el corazón al escuchar eso. Es injusto, malditamente injunsto, se lamentó Harry, estos niños no deben ser golpeados. Son tan solo unos seres humanos, asqueroso imbécil. Y así podía continuar por mil años más insultando a su estúpido padrastro. Un escalofrío le recorrió la espalda.
- Lo siento – dijo sincero, pero luego replica: - Primero Gemma ¿y ahora ustedes? ¿Por qué todos se empecinan en llamarlo papá? Lo que dijo fue absolutamente estúpido y Harry lo sabía, ya que Clarence era el padre de esos niños. Una cosa era Gemma porque si no se le daba la gana no le decía papá y fin, pero esos niños eran hijos biológicos de esa “persona”. Sin embargo eso no aplacaba la molestia que le producía escuchar esas palabras en las bocas de aquellos chiquillos ¡ellos se merecían un padre mucho mejor!
- Porque está casado con tu mamá – respondió Rusell mientras con sus pequeños pies se empujaba en el columpio.
- Antes no le decían así. ¿Ustedes lo sienten como su padre realmente?
- No lo sé – dijo Simon esta vez - ¿cómo se supone que se siente eso?
Como el ojiverde no respondió, los mellizos siguieron columpiándose.
- A él le gusta cuando lo llamamos papá, creo – Dijo Rusell en tono dudoso.
Harry observaba sus zapatos pensando si su mamá ya lo dejaría entrar a la casa, quizás con algo de suerte ya se le había pasado el mal humor.
- ¿cómo te fue?
- ¿Cómo me fue en qué? – inquirió el rizado
- Viviendo con aquella gente.
- Bien, supongo. Era bastante solitario, pero mejor que aquí seguro.
- Pensamos que te habías ido – soltó Simon y se notaba que estaba a punto de llorar.
- Pensaste mal, pequeño – Respondió el ojiverde con cariño – Clarence me echó. No los dejaría sin avisarles a ustedes.
Como se estaban aburriendo y aún dudaban de entrar a la casa por miedo de encolerizar a su madre, fueron al parque más cercano. Harry buscó con la vista a su hermana Gemma y la encontró sentada charlando con una chica que parecía ser su amiga, junto a ellas estaban los chicos del autobús. Universo ¿por qué me odias?, suspiró Harry.
El estúpido chico castaño y de ojos azules que se sentaba junto al rizado en el bus estaba allí, jugando al basquetbol. Saltaba mucho más alto de lo que Harry se hubiese imaginado dada la estatura de aquel chico. Vestía unos pantalones adidas grises y una camiseta de algún equipo que el ojiverde desconocía.
- Me voy de aquí – dijo Harry provocando que Simon y Rusell abran los ojos como platos, provocando una risita de parte del rizado – Tranquilos, solo voy a la casa. No es que me mude ¡Que harían ustedes dos, engendros del mal, sin esta cara bonita! – dijo y acto seguido se señaló a sí mismo. Los tres se miraron y empezaron a reír como idiotas.
Harry volvió a entrar a la casa y corrió a su habitación antes de que su mamá pueda decir “X-Men” ni nada. Clarence estaba en la sala de estar. Harry caminó entre él y el televisor, con la vista al frente. Si antes había deseado una chaqueta a causa del frío, en ese momento estaba dispuesto a ver una maratón de documentales sobre como crece la soja con tal de conseguir una.
Buenas noches, gentuza <3 Espero que les hayan gustado estos últimos caps a pesar de que son cortitos. Es que los del libro original (Eleanor & Park) también lo son, y quiero mantener la forma de los capítulos porque me parece ligera y rápida para leer, así no resulta tan densa. Les juro que los siguientes comienzan a ser más largos y además son aproximadamente unos 58.
NOS LEEMOS EL MARTES QUE VIENE :D LOS AMO MUCHÍSIMO!
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The story of Lou & I [Larry Stylinson]
FanfictionLouis, sus cómics y sus auriculares son inseparables a la hora de subirse al bus que lo lleva a la secundaria Saint German, en Doncaster. Va con la cabeza gacha y responde preguntas siempre y cuando sea extrictamente necesario, casi siempre consigue...