Capítulo 6

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Harry.

- Apártate, AfroJack – Espetó April mientras empujaba a Harry para subirse al autobús. Todos en la escuela parecían odiarlo, pero April se llevaba el primer puesto sin duda alguna. Algunos de los “musculitos” – completos idiotas, a decir verdad – Se reían mientras se abrían paso para subir al bus.

Todos los de la clase de gimnasia se burlaban llamándolo Diana – por Diana Ross – pero April le había empezado a decir AfroJack paliducho. Tenía sentido que April estuviese en la clase de gimnasia de Harry, porque el gimnasio era el mismísimo infierno y April era un demonio asqueroso y tenía un séquito de demonios menores disfrazados con trajes de gimnasia a juego.

Realmente todos tenían que usar trajes de gimnasia.

En la vieja escuela de Harry tenían que usar shorts de gimnasia, lo cual apestaba porque todos veían sus flacuchas piernas (Harry odiaba cada una de las partes de su cuerpo, en especial sus piernas) Aunque más que burlas sus piernas eran objeto de envidia de sus compañeras y provocaban algún que otro babeo en uno de sus compañeros. Pero claro, Harry de eso no estaba ni enterado, sumergido en su autocompasión. Pero aquí ¡Oh! Debían vestir trajes enteros de poliéster. La parte inferior roja, y la parte superior roja y blanca a rayas con un cierre al frente.

“Este traje no te queda, huesitos” Le había dicho Josh la primera vez que se lo puso. Los otros chicos y chicas rieron, incluso un grupito de chicas negras que odiaban a April. Burlarse de Harry era la atracción principal – vengan con palomitas – ironizó Harry.

Subió al autobús una vez que April subió, por si lo empujaba de nuevo, pero lo malo fue que consiguió sentarse antes que el estúpido chico petizo. Lo que significaba que tendría que levantarse para dejarlo pasar a su lugar en la ventana. Lo cual sería extraño. Todo era extraño. Cada vez que el autobús se sacudía, él terminaba prácticamente en el regazo del chico.

Tal vez alguien del autobús abandonaría, moriría o algo y Harry milagrosamente conseguiría  alejarse de él.

Al menos ni siquiera le hablaba. O lo miraba.

Al menos eso pensaba que lo hacía; Harry nunca lo miraba.

A veces miraba sus zapatos. Tenía unos zapatos geniales, como los que usaba su amigo Nick, a Grimshaw le hubiesen fascinado los zapatos de su compañero de asiento, cuyo nombre creía haber escuchado y por lo visto era Louis. Bonito nombre.. Algunas veces también se atrevía a ver lo que el chico leía.

Siempre historietas.

Harry nunca llevó nada para leer en el bus. No quería que Josh o su banda lo atraparan con la guardia baja.

Louis.

Se sentía como la mismísima mierda sentarse junto a alguien todos los días y no hablarle, por más que él fuese extraño. ¡Vaya que sí lo era! Una vez el nuevo fue a la escuela con un polo gris arrugado y un pañuelo verde con flecos y cosas fijas a éste como figuras de árboles recortadas, tiras de tela y cintas. El camino a casa no iba lo suficientemente rápido nunca. Louis no podía esperar para alejarse del rizado, alejarse de todos.

- Colega, ¿dónde está tu camiseta?

Estaba tratando de cenar solo en su habitación, pero su hermano menor no lo dejaría. Brad se paró en la puerta, ya vestido para fútbol y arrasando con un muslo de pollo.

- Papá va a estar aquí en un segundo – dijo Brad a través del muslo -, y va a estar jodidamente molesto si no estás listo.

Su madre vino detrás de Brad y le pegó en la cabeza

The story of Lou & I [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora