Yuei es una preparatoria prestigiosa, donde solo los mejores alfas entran.
hasta ese año donde entró el primer grupo de omegas ya sean profesores y alumnos.
que harán todos los alfas y betas al tener que acostumbrarse a esta nueva normalidad de tene...
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-Buenos días profesor-
Un chico peliverde con el brazo inmovilizado contra su pecho paso por los pasillos y saludo a el alfa mayor.
por el otro lado venía el omega que impartía la clase de historia del arte.
traía puesto un suéter grueso color beige, unos pantalones negros de vestir y el abrigo color camello que había usado hace casi 4 meses, el día que le conoció.
ese día no traía aretes, se notaban ojeras debajo de los dorados ojos se el notaba triste y cansado.
-Enji, buenos días-
el rubio solo movió la cabeza en forma de saludo y siguió con su camino, viendo fijamente los papeles que tenía en manos junto a un libro de literatura renacentista.
-Aguarda-
no quiso tocarle, si el quería acercarse, lo haría.
el menor se volteó a ver a el pelirrojo, iba con un pulcro traje negro y un abrigo negro también por encima de este, dándole un porte fuerte y serio.
le tendió la mano y el omega la tomo, lo jalo suavemente hacia su oficina y cerró.
-Consumiste algo en el último mes?- -Ah?- -Consumiste algo? te emborracharse mucho este mes? consumiste drogas? fumaste? algo sucedió?- -No...pero no se a que viene la pregunta, si quieres llevarme a rehabilitación? no....no lo encuentro nece- -No es eso, quieres tener al bebé?- -N-No lo he decidido-
El alfa soltó aire de forma pesada.
-Keigo, yo ya tengo hijos suficientes para durarme por una vida y media, pero tu no, la cosa es...tienes apenas 23, joder eres solo un chiquillo aún, mi hijo tiene tu misma edad...y seria completamente entendible que no quieras tener un niño ahora- -Me gustan los niños...y este bebé es tan mío como es tuyo, también quiero escuchar lo que piensas al respecto- -No se si quiero tener otro hijo, pero contigo armaria toda una manada, fue tanto tu torpeza como la mia la que nos ha traído a esta situación y si tu quieres quedartelo, yo también-
el rubio sonrió y tomó la gran mano a través de el escritorio de madera oscura.
-Vamos a tener un bebé- -Asi es...tendremos un bebé-
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