𝘾𝙊𝙈𝙋𝙇𝙄𝘾𝘼𝙏𝙀𝘿 ━ 𝐵𝐸𝐶𝐾 𝑂𝐿𝐼𝑉𝐸𝑅 (pausada temporalmente)

mal humor.

— capítulo cuatro.
mal humor.

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Blake caminaba hacía su salón en un nuevo día de estudio cuando de forma repentina fue tomada del brazo y jalada hacía una bodega.

— ¡Oye! — se quejó la chica con notable molestía sin embargo relajo su rostro al ver de quién se trataba— Dios, no hagas eso.

— Creo que ahora tienes dos razones para derramarme café.

— Son tres — murmuró recordando como él había besado a Tori Vega, aunque intentó no pensar en eso, era parte de la escena después de todo—.

— ¿Te molestó algo más? — preguntó acercándose a lo que ella lo manoteo para que se alejara — Oye, que salvaje.

— Claro que me molestó — se cruzó de brazos— Es decir... debiste ver lo mal que se sintió Jade, eres un idiota.

— Ah, claro — rascó su cuello — Eso lo hablaré con ella.

— Bien, me alegra — concluyó con una sonrisa pequeña y forzada — Me voy.

Tomó la manija de la puerta a punto de girarla sin embargo Beck sostuvo su mano para evitarlo.

— Blake, sabes que me refiero a otro tipo de conversación.

Ella suspiró pesadamente — Beck, siempre dices lo mismo, no haces nada al final — se desprendió suavemente de su agarre — No es bueno que sigas forzando tu relación.

— Lo sé — sonrió en un intento de tranquilizar el diálogo — Sabes lo difícil que es con Jade, aún así la quiero.

Blake sintió una punzada en su corazón, no quería ser la causante de problemas entre ellos, sin embargo sabía lo mal que la llegaba a pasar su amigo.

— Está bien — le regaló un asentimiento comprensible— Ahora debemos ir a clase.

— Espera — volvió a tomar su mano— Iremos a mi casa para practicar el ensayo.

— ¿Te refieres a la casa rodante? — levantó una ceja de forma burlona—.

— Es independiente, deberías aprender.

Sonrió con orgullo, antes ya le había contado a la chica sobre el querer dejar su casa, aunque prácticamente vive en el patio de ésta misma.

— Basta, no hagas eso.

La joven le cubrió el rostro con ambas manos mientras él murmuraba palabras, en un intento de hablar.

— ¿Hacer qué? — habló correctamente una vez que pudo sostener sus manos—.

— Sonreír así, basta — pidió, aunque en el fondo agradecía el gesto, ya que era algo difícil verlo en él, casi siempre iba con un rostro de despreocupación y hasta aburrimiento—.

Sin embargo Beck simplemente amplió su sonrisa y continuó para terminar la conversación.

— No aseguro nada — molestó con una seña— Te veo en clase y después a la salida para ensayar, Blake — afirmó — Yo invito tu malteada.