十八

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Me gustabas

Las olas rompen con algo más de fuerza ahora que el sol se está terminado de esconder.

Ambos traen los pies fríos y descalzos, sentados sobre una de las rocas cerca de la costa mientras esperan que el agua termine de escurrir junto a los restos de arena.

Ha sido una mañana brillante,

Jeno y Jaemin no habían compartido un día como ese en mucho tiempo.

Era siempre dificil dar el primer paso a una salida, especialmente cuando preferían acurrucarse en el sofá en casa del menor.

Pasar la tarde haciendo nada o jugando un poco.

Algunas pocas veces salir a manejar bicicleta hasta muy tarde por la noche,

siempre deteniéndose en cada rincón interesante para que Jaemin pudiera tomar tantas fotos como quisiera,

mientras Jeno va por bebidas y descansa sobre el pasto.

«Ese click es fastidioso».

se quejaría con el brazo sobre sus ojos para evitar el sol,

haciendo sonreir amplio y brillante a Jaemin.

Quien no se aleja de la cámara ni un segundo,

mientras salta de un lado a otro en busca de un buen ángulo,

y responde casi con gracia.

«Me hace feliz»

En un intento convencerlo de colaborar.

No es como si Jeno haya podido negarse alguna vez, de todos modos.

Sin embargo, esa tarde se siente diferente.

Los clicks son pausados y los movimientos de Jaemin suaves,

demasiado agotado o desanimado por alguna razón,

ambos cautivados por la hermosura de ese particular atardecer en la playa

que, por alguna razón, los hace sentir cupables.

-Tengo hambre -Donghyuck interrumpe el silencio tirando de la camiseta de Jaemin-. Ya tomaste muchas muchas fotos, vamos por ramen.

El cabello rubio de Jaemin brilla de forma particular bajo la anaranjada sombra del sol que se oculta, y Jeno cree olvidar como respirar por unos segundos. Minhyun rie mientras rodea los hombros de Donghyuck para tirar de él, agitado luego de una larga persecución para recuperar el pequeño estuche donde conserva su celular.

De camino a la tienda de conveniencia, es inevitable no continuar el ritual de siempre. Esos dos tontos allá, adelante, riendo y jugando; Donghyuck lanzado burlas y comentarios a Jaemin o Jeno, quienes ríen por instantes, provocándolos hasta que se unen a la pelea y terminan los cuatro empujándose en la estrecha acera. Traen todos sus mochilas y toallas sobre los hombros y ríen del pasado, aun incrédulos de los tantos años que han pasado desde aquellas memorias.

En la parada de bus, todo luce igual. Casi.

El orden es el mismo después de todos estos años-Minhyun, Donghyuck, Jaemin y Jeno-. Aunque, evidentemente, después de casi una década, encajar en esa vieja banca de madera es más un reto. Sus rodillas se chocan al tomar asiento y por suerte, la madera a penas y emite sonido alguno bajo el peso de sus cuerpos. Jeno no resiste el impulso de recostar su cabeza contra el hombro del rubio a su lado derecho, quien acuna su rostro con suavidad. El pelinegro no se explica como sus manos se sienten tan suaves luego de jugar con arena y agua salada.

Han sido meses complicados.

Jeno nunca pensó que se sentiría interesado por alguien más que no fuera su mejor amigo.

Al menos no de ese modo tan particular,

pero Renjun merodea en su cabeza con frecuencia,

casi tanto como lo hace Jaemin.

Y se siente mareado por la repentina sensación,

de querer a ambos como algo más.

Ahora de pie contra uno de los postes de luz comparten miradas,

un silencio intimo que no compartían hace tiempo.

están de pie luego de seder el asiento a un par de señoras mayores.

Jaemin descansa apoyado sobre el poste de concreto;

y Jeno frente a él con una de sus manos a un lado de su cabeza en apoyo.

Los brazos de Jaemin son tan cálidos al rededor de su cintura

que casi lo hacen olvidar la fuerte brisa por un instante.

No debería sentirse siempre como una despedida,

pero es algo similar.

Lo sabe porque cuando Jaemin llega a su parada,

debe hacerlo solo.

Jeno siempre ha vivido una parada antes,

pero hasta ese instante lo había acompañado y regresado el camino por su cuenta.

Incapaz de verlo irse.

Aunque parece que ya no más.

Me gustaría narrar a detalle más capítulos, pero nunca mis ideas pueden ponerse de acuerdo.

Frágil; noreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora