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Algunas tardes se sentían solitarias desde que me mudé aquí.

Volver a casa y sentir que no pertenecía a este lugar.

Extrañado por la sensación repentina de calidez cuando Jaemin tocaba a la puerta.

«¿Puedo pasar la tarde contigo?»

Y fui realmente un tonto,

por pensar que no encontraría calor entre tus brazos.

Ese, del adictivo.

Del que extrañas cuando no está.


- R e n j u n

Frágil; noreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora