- ¿la protegías? ¿de que la protegías? ¿por qué no luchaste? - frunzo el ceño molesta- ¿Por qué todos los hombres piensan que tienen que protegernos? Nosotras podemos hacerlo a la perfección, ustedes lo arruinan todo...solo se alejan y cuan...
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CAPITULO TREINTA Y SEIS
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Nada había vuelto a ser igual, el ambiente era más tenso, Leah se había unido a la pequeña manada de Jacob, la convivencia entre ella y los Cullen no era del todo amena, pero ambos respetaban sus límites.
Esme intentaba que se sintieran como en casa, cocinaba, les proporcionaba ropa y un lugar donde dormir, en otras palabras, trataba de que no se sintieran sin hogar y fuera de lugar.
Bella tuvo que mudarse con nosotros y su bebe, volver al territorio Quileute no era del todo seguro para ella y Jacob, eran traidores y algún día tendrían su castigo, solo espero que sea más tarde que temprano.
Las consultas con Carlisle se volvieron más seguidas solo para escucharlo día tras día tratando de explicarme que mi bebe estaba matándome, si Edward antes se había distanciado ahora ni siquiera me dirigía la mirada, mucho menos palabra alguna.
Tenia una casa llena de seres que velaban por mi seguridad, pero aun así me sentía sola, abandonada, Paul nunca salía de mis pensamientos, entiendo que este enojado y disgustado por mi embarazo, pero ¿era necesario cazarme?, era mi mejor amigo, debería estar conmigo.
Acaricio mi vientre tratando que se mueva, algo masoquista tal vez, pero estaba preocupada, habían pasado tres días desde la última vez que lo sentí y comenzaba a asustarme.
- Vamos pequeño Bean – susurro repartiendo caricias por todo el abultado vientre
Bella me observa con una sonrisa que se borra cuando Edward me mira por un segundo
- No lo provoques – murmura entre dientes
Lo ignoro y sigo con las caricias sin obtener alguna respuesta, bufo algo molesta y dejo caer mis brazos sobre mi regazo.
- Rose – susurro mientras la observo llegar – Quiero salir al jardín – su ceño se contrae y niega rápidamente - ¿Podrías por favor ayudarme?
- Es peligroso, Cath
- Estoy cansada de estar sentada aquí sin hacer nada – suspiro – Caminar un poco y tomar aire me ayudara – observo sus oscuros ojos recorrer la sala antes de volver a mi – Por favor
