- ¿la protegías? ¿de que la protegías? ¿por qué no luchaste? - frunzo el ceño molesta- ¿Por qué todos los hombres piensan que tienen que protegernos? Nosotras podemos hacerlo a la perfección, ustedes lo arruinan todo...solo se alejan y cuan...
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CAPITULO QUINCE
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Biología paso extremadamente lento, ya habíamos terminado los exámenes, ahora solo nos hacían venir para sentarnos y ver documentales, aburrido, muy aburrido, por el rabillo del ojo puedo ver como Isabella está más seria de lo normal y se encuentra tecleando en su celular con algo de rabia, de un momento a otro se levanta y sale casi corriendo, miro a Edward con el ceño fruncido y me paro decidida a seguirla.
-¿qué crees que haces? -me dice mientras toma mi mano
-creo que estaba llorando -acaricio su mano y suavemente quito su agarre - quiero asegurarme que está bien -me levanto mientras tomo mi mochila, me acerco a su puesto para guardar sus cosas, tomar la mochila y salir.
La busco por los pasillos cerca del salón y no la encuentro, me recuesto en una pared suspirando y tratando de pensar donde más podría buscarla, es entonces que escucho desde las escaleras un sollozo, abro la puerta de inmediato y la encuentro sentada con las manos sobre la boca tratando de ahogar los sollozo, me siento a su lado y levemente acaricio su espalda, logrando que se asuste y me mira con el ceño fruncido
-¿qué haces aquí? -dice mientras se limpia la cara
-quería asegurarme que estuvieras bien -suspiro mientras bajo la mirada- ¿quieres un poco de agua? - sacudo levemente la botella
-¿no me detestabas? -se limpia la nariz y acto seguido baja la mirada
-¿qué? -hago una mueca - no, no te detesto, ni te odio, acepto que no eres mi persona favorita, como también acepto que he sido muy inmadura -de inmediato Bella alza su mirada y me observa fijamente- tal vez tenía algo de celos
-¿celos? ¿Por qué? -frunce el ceño - yo estoy -sus ojos se cristalizan - estoy con Jacob
-sí, estas con Jacob -le acaricio levemente la espalda como acto de consuelo- pero tú fuiste la primera en la vida de Edward -suspiro y hago una mueca- entre ustedes siempre habrá una conexión- comienzo a jugar con mis manos- tú le enseñaste lo que era amar.
-si pero ahora él te quiere a ti -susurra- y a ti te mira de una forma en la cual a mí nunca me miro, ahora está feliz -sonríe - ¿puedo tomar agua?
