··• CUATRO •··

1.9K 123 4
                                    

CAPITULO CUATRO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPITULO CUATRO

¡Sábado! Por fin dulce sábado, el cual lo paso en mi hamaca, leyendo o simplemente hablando con los chicos por Skype ya que Paul estaba ocupado hoy, a eso de las 8 pm suena el teléfono

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Sábado! Por fin dulce sábado, el cual lo paso en mi hamaca, leyendo o simplemente hablando con los chicos por Skype ya que Paul estaba ocupado hoy, a eso de las 8 pm suena el teléfono

-          ¿Hola?

-          Hola cariño, ¿qué te parece si hoy cenamos juntas? No he estado en casa en un rato y comienzo a sentir que nos alejamos, tengo un par de horas libres que comienzan a las 8:30 podríamos ir a ese restaurante que te gusta en Port Angeles

-          Mama...no es necesario- sonrió- es tierno que lo consideres, pero comprendo que debes trabajar

-          Nada de eso señorita te quiero ahora mismo levantándote, vistiéndote y saliendo de casa

-          Bien mama - suspiro cansada- lo haré, te quiero mama

-          Yo a ti corazón, apúrate –cuelga la llamada y yo me apresuro a organizarme y salir de casa.

Una vez que me aseguro que todo está bien cerrado me subo al auto, enciendo la radio y la calefacción, el viaje se me hizo corto con las Spaces Girls y Adele, llego alrededor de las 8:50 y me apresuro a entrar al restaurante, busco a mama con la mirada pero todavía no ha llegado por lo que escojo una mesa donde le sea fácil localizarme y pido un té caliente.

Una hora...ha pasado una hora donde no paro de llamar y mandarle mensajes a mama, pero simplemente no contesta, me levanto bufando pago el té y me dirijo al auto, si antes estaba sola la calle ahora esta desierta, siento unos pasos cerca de mi por lo que volteo lentamente para encontrarme con un sujeto con una mascara intento gritar pero él de inmediato me cubre la boca con su mano y nos dirige a un callejón.

- no por favor – no se en que momento he comenzado a llorar – para...puedes quedarte con el bolso, no he visto tu cara no sé quién eres... ¡déjame ir! – trato de zafarme pero él me tira al suelo de un golpe

- eso es... forcejea eso lo hace todo más interesante – comienza a tratar de quitarme la camisa y solo comienzo a desesperarme, a llorar frenéticamente y a pegarle en la cara lo más fuerte que puedo

Clair De LuneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora