- ¿la protegías? ¿de que la protegías? ¿por qué no luchaste? - frunzo el ceño molesta- ¿Por qué todos los hombres piensan que tienen que protegernos? Nosotras podemos hacerlo a la perfección, ustedes lo arruinan todo...solo se alejan y cuan...
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CAPITULO DOCE
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El tiempo pasaba, los segundos se convertían en minutos, los minutos en horas, las horas en días,los días en semanas y las semanas en meses. Carlina había regresado a Miami meses atrás, los Cullen cuidaban a Isabella, Paul estaba lo suficientemente ocupado como para siquiera visitarme o llamarme.
Edward, involuntariamente suelto un suspiro al pensar en él, ya no teníamos tiempo para nosotros, él estaba lo bastante ocupado haciendo turnos para vigilar a la chica y a su padre, se sentía culpable de haberla puesto en esa situación...supongo, pero también entraron en mi hogar también se llevaron algunas de mis pertenencias, entonces ¿por qué no me están cuidado a mí también?, no quiero sonar caprichosa, egoísta o lo que sea, pero si entraron en mi hogar, saben de mi relación con ellos, por ende también estoy en riesgo y a decir verdad no quiero morir.
Estaba sentada en el comedor viendo hacia la ventana que apenas y me doy cuenta del leve aire que se filtra detrás de mí, no quería creer que me había vuelto una de esas chicas dependientes a sus novios, que sin ellos no pueden hacer nada y se sientan a ver la estúpida ventana de la cocina, bufo molesta y aparto el plato de un manotazo, en pocas semanas será la graduación, genial, ruedo los ojos molesta, tengo millones de exámenes y yo estoy aquí sentada pensando en un chico, mi chico.
De un salto me levanto de la silla y me encamino hasta mi habitación, la cual es un desastre, la cama está llena de cuadernos, el escritorio de libros y el piso de hojas, necesito terminar ya la secundaria, ni siquiera he aplicado a universidades...
- mi vida es un completo desastre - susurro malhumorada mirando a mi alrededor
Mi madre insiste en que puedo darme 6 meses, mis tíos en que debo inscribirme en una universidad y Carlina en que debo viajar, como si una adolescente tuviera el dinero y la posibilidad de hacer eso y luego esta Edward quien se ha ofrecido a pagar el costo de mi universidad, lo cual es ridículo, lo más ridículo es que no me he decidido por cual carrera estudiare.
Me quedo hasta tarde tratando de comprender la maravillosa historia y la guerra civil de América, dejo el balcón abierto y espero hasta que mis ojos pesan, otro día que no hablamos y otra noche en la que no aparece, me levanto más malhumorada de lo que estaba y me dirijo al balcón con la intensión de cerrarlo, pero a lo lejos entre los árboles, en la oscuridad y bajo la luz lunar contrasta un color rojo, salgo un poco más para tratar de descifrar que es pero un aullido llama mi atención, eso es una mala señal, de inmediato cierro el balcón y me duermo.
