~10~

76 8 0
                                    

--No de verdad me la pase muy bien...pero SoonYoung tiene una extraña obsesión con los tigres...me agrada, aunque se la pase hablando sin parar...–Comentó mientras lavaba la loza y el mayor jugaba con la guitarra en los sillones de la sala.

Jihoon había salido hace unas cuantas horas con Hoshi y había vuelto para el almuerzo, verdaderamente quería ser su amigo, el baterista parecía alguien con mucha energía y parecía buen comienzo para entender que las personas iban y venían, de que era completamente normal y no debía quedarse en el pasado, en ese miedo que había generado esos cinco meses.

--Si...desde que lo conocimos tiene esa fascinación por los felinos grandes, no es muy nuevo...—Comentó SeungCheol tocando las cuerdas de su guitarra pensativo, después de su fallida declaración intentó muchas veces más, pero parecía ser que el pequeño no tenía ningún interés más que el cordial con él.

Le frustraba un poco que quisiera pasar más tiempo con Hoshi, que se olvidara un poco de él, pero se decía una y otra vez que debía dejarlo hacer amigos, vivir la vida que había perdido en esos años por sus padres y esos meses por la tristeza que de apoco estaba desapareciendo, él podía esperar por el corazón del rubio, aunque eso le doliera un poco, prefería callarse y relajarse antes de seguir intentando.

Jihoon asintió sintiendo un poco de tensión en el aire, había salido unas cuantas veces con el pelirrojo y cada vez que volvía sentía a SeungCheol más y más distante, no sabía porque con los días se había formado esa incomodidad en la casa, pero eso le preocupaba. El mayor era una gran fuente de apoyo para él, le debía literalmente la vida o por lo menos así definía sus extraños sentimientos hacia SeungCheol, suspiró volviendo su vista al lavaplatos, quería pensar que el pelinegro solo estaba estresado por cosas del grupo y que no era algo más grave.

Secó sus manos luego de lavar todo lo que habían ocupado y al salir de la cocina su teléfono sonó, corrió a desconectarlo del cargador y contestó rápidamente escuchando la voz dulce de su casera.

La señora le preguntó por su vida y dónde andaba, Jihoon contestó todo amablemente con una sonrisa, aquella mujer le recordaba de buena manera a su madre, la conversación siguió hasta que la señora le derrumbó su débil paz, el arrendaba su apartamento y si no pagaba el mes que había dejado de pagar ella le cobraría el año restante y lo desalojaría, no podía permitirse tener un inquilino fantasma cuando muchos estaban buscando el mismo apartamento, su cara se deformó, la llamada se colgó y se sentó sin fuerzas en una silla del comedor aterrizando su cabeza en la mesa de la sala alertando a SeungCheol quien soltó la guitarra del susto.

--¿Pasó algo malo? ...—Preguntó el mayor acercándose al pequeño sentado en la mesa de la sala, no le gustaba cuando Jihoon hacia aquello, en las dos sesiones que había tenido junto a MingHao y Jihoon había visto aquel acto y siempre desataba una dolorosa confesión o un problema el cual tenían que arreglar.

--Me van a desahuciar y me quieren cobrar un año de alquiler...trabajaba a medio tiempo en la universidad... ¿Cómo lo voy a hacer?... –Jadeó preocupado el rubio entrando en pánico, si no encontraba la forma de pagar todo quedaría sin casa y no era plan quedarse para siempre en el departamento de SeungCheol, en algún momento tenía que irse, encontrar otro trabajo y despedirse del pelinegro.

Este acarició la espalda del menor tratando de calmarlo pues estaba empezando a hiperventilar y eso podía llevarlo a ahogarse o desesperarse hasta el punto de hacerse daño.

Una vez logró relajarlo y controlar aquellas lágrimas de frustración que amenazaban por salir se dio cuenta de la situación, no lo había pensado, Jihoon tenía una vida aparte de lo que veía día a día, el pequeño tenía una casa, tenía cuentas que pagar, se había olvidado de aquella parte pues nunca habían hablado de aquello, si no fuera por los papeles médicos y cuando tuvo que ir a hablar con los señores Lee, el seguiría pensando que Jihoon vivía con sus padres, se había concentrado tanto en el ahora qué se había olvidado cuando ayudo a Jihoon a sacar cosas de su pequeño apartamento.

Junto al preocupado rubio empezó a pensar alguna solución pues el ya no podía hacerse cargo de una casa más, la banda le daba ganancias, pero no eran demasiadas para eso, pensó y pensó variadas opciones hasta que dio con aquellas personas desaparecidas del mapa, tenían que hacer algo, no podía quedarse ahí con las manos lavadas, con sus sonrisas falsas, con su vida maquillada.

--Tienes que llamar a tus padres Jihoon, pedirles que por lo menos te paguen este año...no han hecho nada por ti, ni pagar las consultas, ni las pastillas, ni la universidad...si quieres JeongHan te puede dar un lugar en el bar...pero ellos tienen que ayudarte en algo... – Habló el mayor quitándole el teléfono a Jihoon mientras buscaba entre sus contactos a sus padres, aquellos señores no se habían contactado con el rubio en todo ese tiempo, tenían que ayudarlo, era su hijo, era lo único que les quedaba.

--¿Tú crees? ...no será que los este moleste...-- Susurró Jihoon mientras se paraba de la silla, sus padres nunca le ayudaron monetariamente en nada, decían que esa era la forma correcta para que el aprendiera a ganarse las cosas, ganarse la vida.

Luego por la enfermedad de Chan muchos de los ingresos de sus padres iban para su salud y los de el en los caprichos que hacían al pequeño feliz, nunca supo que era recibir mesada, tener dinero ahorrado o para el mismo, para sus propios caprichos.

--Jihoon...es su deber como padres preocuparse por tu salud, eres su hijo igualmente.... toma, llama, si necesitas ayuda sabes cómo llamarme, estaré aquí por cualquier cosa...--Demandó el pelinegro apretando sus hombros dándole apoyo, el rubio asintió y se encerró en la habitación del mayor la cual usaba como propia.

Por mucho que el pelinegro estuviera un poco molesto de la amistad creciente entre Jihoon y SoonYoung, no podía descuidar al pequeño, su corazón no lo dejaba, lo quería mucho como para no ayudarlo, como para no preocuparse por él.

Los minutos pasaron y al mayor le sudaban las manos, no quería que aquellas personas lograran echar abajó todo el esfuerzo de Jihoon, estaba avanzando tanto, estaba tan bien, estaba tan estable que quería que siempre fuera así, de esa manera, quería verlo feliz, quería que Jihoon estuviera feliz por el resto de su vida, independientemente si él estaba o no en ella, quería que el pequeño fuera feliz costara lo que costara.

Jihoon salió de la habitación y caminó hasta SeungCheol con una sonrisa, el mayor se paró del sillón recibiendo instantáneamente un abrazo, los padres de Jihoon habían accedido a pagar el año del alquiler, colaborar con dinero para aquello que su hijo necesitara y prometieron llamarlo una vez por semana para saber de su estado, estaban de apoco entendiendo todo aquello, estaban de apoco volviendo a reforzar los lazos perdidos, nadie nacía siendo padre, nadie sabía la fórmula secreta para criar a otro humano y que se empezarán a deconstruir para poder entender a su hijo era muy admirable de su parte pues no todos los padres estaban dispuestos a eso.

Luego del abrazó Jihoon fue a jugar videojuegos en la pieza del mayor feliz de las disculpas que le habían dicho sus padres y el pelinegro fue a guardar su guitarra pues quería jugar junto a este.

Al abrir la puerta observó aquella segunda habitación que nunca usaba, escuchó los gritos enérgicos de Jihoon, sintió su espalda crujir y sacó su teléfono marcándole a Mingyu, si no recordaba mal el alto le debía un favor, era un buen momento para cobrárselo, su espalda no aguantaría más meses.

He's in the Rain ~• JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora