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Los días pasaron lentos para los dos chicos, demasiado lentos y una semana después un callado Jihoon iba en el auto junto a SeungCheol hacia la consulta del psicólogo que sus padres habían elegido.

El pelinegro en ese tiempo se dedicó a mantener un área segura para el rubio, escondiendo todo aquello que el medico catalogó como peligroso y muy a su pesar dejando encerrado al pequeño cuando tenía ensayo con la banda, realmente no encontraba muy eficaz tratar a Jihoon como un bebe, como un ser sin raciocinio ni voz propia que se guiaba por impulsos, pero el doctor había sido muy agresivo diciendo como eran de locos las personas como el rubio.

Aparte de eso, ninguno había cruzado palabra desde aquel día, su único contacto era cuando iba a dejar la comida a su puerta y la mano delgada de Jihoon salía, dejando el departamento en un constante silencio que solo lograba hundir más al rubio.

SeungCheol estacionó con cuidado el auto y ayudó al pálido chico a bajar, cada día estaba más mal y le preocupaba que mientras él no veía Jihoon tuviera micro desmayos o más intentos de irse.

Juntos caminaron por el gran y lujoso edificio hasta dar con la puerta que tenía el nombre de su doctor grabado en un metal dorado muy brillante, tocaron suavemente y un señor alto les abrió, Jihoon entró con la cabeza gacha sin saber muy bien como tenía que actuar y el pelinegro se sentó en los sillones de afuera sobando su espalda ya que a raíz de entregarle su habitación a Jihoon él había tenido que dormir en el estrecho sillón de su departamento.

Él rubio entró detrás del señor tomando asiento frente al gran mesón de madera oscura y barnizada que era decorado por trofeos y marcos con diplomas que hacían juego con los que colgaban detrás de su silla, los colores oscuros de la consulta lo hacían sentir pequeño, perdido en una gran cueva de la cual no venía salida alguna.

--Mi nombre es YoungSoo, soy licenciado en psicología y seré tu especialista asignado --Habló fuertemente molestando los oídos del rubio quien se había olvidado de cuan alto hablaban algunas personas al vivir esa semana en silencio, miró al señor quien revisaba cosas en su teléfono y decidido no decir nada, bajó su vista al suelo de gruesa alfombra sintiéndose demasiado inseguro para hablar --Se que los clientes a veces tienen vergüenza de sus problemas, pero tranquilo ningún problema es tan importante como para no tener arreglo, aquí puedes decir cualquier cosa, pero tienes que saber que todo será grabado por temas de seguimiento y seguridad....creo, tu doctor me pidió aquello y como sabrás uno no se puede negar...-

Su cuerpo instantáneamente se tensó y miro a aquellas cámaras de vigilancia que grababan cada movimiento, miró la grabadora del especialista y su cabeza dolió al pensar en la preocupación de sus padres, en los problemas que debían estar teniendo por su culpa y en SeungCheol quien había tenido que aguantarlo toda esa semana por idioteces, un nudo se hizo en su garganta, no quería hablar, no quería decir cosas sin sentido, no quería ser presa de sus sentimientos, no quería ser juzgado por el psicólogo y luego por las personas que verían y escucharían las grabaciones.

--Eres de pocas palabras... pero si no hablas tus padres habrán gastado una hora de consulta para nada, no querrás desperdiciar esto ¿no?....si no quieres cooperar habría sido mejor que desaparecieras...yo no puedo hacer maravillas por ti --Habló para luego mandarle un audio a algún otro médico o amigo enfrente de Jihoon quien sentía como su mundo se venía abajo, él obviamente no quería molestar a sus padres, hacerlos gastar en él, no quería ser una carga extra para ellos, rápidamente sus demonios le comieron la cabeza amenazando con hacerlo llorar, ese doctor tenía la razón, todo sería mejor si el tiempo le hubiera ayudado, si SeungCheol no le hubiera salvado, si hubiera intentado más veces --Bueno...esto no está funcionando por tu culpa... ¿Por qué no mejor hablamos de tu hermano muerto?

He's in the Rain ~• JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora