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--¡Jihoon! ...me puedes pasar los platos del almuerzo para lavarlos—Pidió amablemente SeungCheol al menor quien estaba sentado en el sillón con su computador.

Recibió silencio, se secó las manos suspirando y dejó los vasos a un lado para salir de la cocina.

Jihoon se encontraba con la vista totalmente pegada en el aparente ensayo de evaluación que estaba realizando para la universidad, habían pasado varias semanas desde que el rubio se estaba quedando oficialmente en la casa del mayor y en los últimos días pasaba noches en vela con un café cargado pues era lo único que aceptaba tomar.

El pelinegro estaba preocupado por el sobre excesivo esfuerzo que le estaba poniendo a ese trabajo, presentía que no era bueno para su salud, tanto física como mental.

Se quedó apoyado en el marco de la entrada de la cocina observando como el rubio se movía por el teclado y los libros abiertos en la mesa de centro, cinco minutos para que recién diera un pequeño saltito y tomara los platos de la mesa, tenía unas ojeras horribles, más de las que habitualmente decoraban su carita, sabía que estaba durmiendo mal por los trabajos y constantes pesadillas, pero rogaba porque el nuevo psicólogo lo ayudara.

Tuvo que llamar a todos sus contactos e investigar muchos sitios para encontrar a un psicólogo y un médico general de confianza, a alguien que pudiera tratar bien a su nuevo amigo, pero gracias a Wonwoo y la madre de SeokMin pudo dar con dos chicos jóvenes que daban la seguridad necesaria, estaban recién empezando sus trabajos, pero las reseñas eran buenas, mucho más buenas de las que tenían los primeros doctores, realmente los padres del rubio se habían dejado llevar por el dinero y la fama de esos horribles señores.

--Lo lamento, si te escuché, pero quería terminar primero el párrafo que estaba empezando...—Habló el menor mientras pasaba a un lado de SeungCheol y dejaba los platos en el mesón de la cocina, su memoria tras el pasar de los meses iba de peor en peor, se olvidaba rápido de las cosas y le costaba concentrase, no se podía permitir desconcentrarse de algo tan importante como ese bendito párrafo —Recientemente me cuesta mucho recordar las cosas...tenía una buena idea que no podía perder...

--...Ya veo...has estado muy estresado estos días ¿te falta mucho? a las tres y media tenemos consulta con el psicólogo y a las seis con el médico...—Preguntó el mayor tomando aquel delgado brazo antes de que saliera por la puerta, Jihoon rodó los ojos y se soltó del agarre dirigiéndose nuevamente a la cocina sirviéndose un vaso con agua, había tratado de comer por el mayor, pero aquella sensación de querer vomitar todo el almuerzo no lo estaba dejando tranquilo.

--Me falta más de la mitad...el profesor se pasó un poco con esta entrega, ¿de verdad debemos ir?, no me siento con ganas de salir de casa ...—Contestó ganándose una mueca del contrario, río mostrando sus dientes, el mayor parecía madre enojada, suspiró tomando el contenido del vaso sintiendo como esa horrible sensación desaparecía un poco y sonrió moviendo la mano—Entiendo, no tengo opción...trataré de no atrasarme mucho...

Aclaró Jihoon para darle un golpe juguetón a SeungCheol y correr nuevamente a su trabajo, el mayor suspiró empezando a lavar la loza mientras su cabeza pensaba en profundidad lo que había vivido en aquellas semanas junto al rubio.

En las películas, series y relatos de esos que tuvo que leer en el colegio, siempre se demostraba la tristeza y depresión como algo que es exterior, se representa con personas amargadas y despectivas con las personas que los rodean, con las lágrimas siempre en la cara y con frases afligidas que salen de sus bocas a cada segundo demostrando su mal estado.

Retratan el deterioro humano como algo que puedes identificar al caminar por la calle, casi como si fuese un color de pelo que todos pueden ver y entender.

He's in the Rain ~• JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora