Siénteme

Capítulo 14: La exposición.

Salí de la casa de Pablo, despidiéndome de él con un dulce beso y tomé un taxi para ir a casa.

Llegué a casa y saludé a Vicky, la asistente del hogar de mi casa, que se encontraba limpiando la cocina.

Vicky me conoce desde que soy pequeña, ya que mis padres la tienen contratada desde hace muchos años.

Tiene cerca de treinta años y es muy simpática. Es bastante agradable mantener una conversación con ella.

Estaba subiendo las escaleras para ir hacia mi cuarto cuando sonó un mensaje en mi teléfono que decía:

Esta tarde hay una nueva exposición en el centro comercial, tengo que ir a presentarla, si quieres puedo pasar a recogerte un par de horas antes y así te la enseño en privado.

Se trataba de Pablo, inmediatamente acepté su propuesta.

*****

Eran las cinco de la tarde y Pablo se encontraba aparcado en frente de mi casa.

Entré en su coche y nos besamos.

Arrancó y nos dirigimos hacia el centro comercial.

Entramos y fuimos hacia el local en el que se encontraba la exposición, estaba cerrado.

Pablo sacó unas llaves de su bolsillo y abrio la puerta, me hizo un gesto con su mano indicando que pasara, entré y seguidamente pasó él. Volvió a cerrar la puerta con llave.

-Como sabes, trabajo de camarero para pagarme los estudios y bueno, voy a mostrarte la exposición que he montado -dijo sonriendome.

Se me olvidó mencionar que Pablo trabajaba para poder pagar la universidad, estaba estudiando arquitectura y estoy segura de que pronto, será un gran arquitecto.

-Estoy deseando verla.

Era una exposición bastante bonita, mostraba maquetas de nuevos edificios y monumentos.

Era realmente espectacular.

-Yo jamás seria capaz de realizar algo tan complicado -le dije a Pablo, con los ojos muy abiertos y bastante sorprendida.

-Al principio yo pensé igual, pero con el tiempo descubrí que ésta era mi vocación.

Me quedé callada y me perdí en su mirada. ¿Cómo alguien tan guapo y atractivo puede estar conmigo?

Lo cierto es que tengo una autoestima un tanto baja y todo el mundo me lo dice.

Seguí planteándome preguntas de este tipo hasta que, el chico que ocupaba todos mis pensamientos me dijo riendo:

-¿Te ha comido la lengua el gato? Que raro que estés tan calladita.

Lo cierto es que yo, al principio, resulto ser bastante tímida, pero en cuanto tomo confianza no callo.

-Estaba pensando -le contesté.

-¿En qué? -me preguntó algo dudoso.

-En que resultas bastante atractivo -dije giñándole el ojo.

Se acercó y me besó, al mismo tiempo que me tomaba de la cintura y me acercaba a su cuerpo.

Nos encontrábamos en un lugar bastante acogedor.

Continuó sus besos bajando hacia mi cuello, nadie lo hacía tan bien como él. Nadie era como él.

Minutos más tardes nos encontrábamos desnudos en un sillón. Pablo estaba sentado y yo estaba situada sobre él.

Parecía que la cosa iba a empezar cuando sonaron varios gritos que decían:

-¿¡Quién anda ahí!? ¡Si no quieren que llame a la policía, salgan de ahí!