Capítulo 20: Una imagen

43 6 0
                                    

Creo que ya era hora de hablar con Martina, así que me dirigí a su casa y llamé decidida.

-Ay, cuánto tiempo Noi, ya te echaba de menos -me sonrió.

-¿En serio? A quién echas más de menos, ¿a Pablo o a mi? -contesté en tono arrogante.

-Noara... no sé... de que me hablas -esa voz tan pausada y entrecortada solo confirmaba que lo que me dijo Pablo es cierto.

-Yo creo que sí que lo sabes, no puedo creerme que hayas sido capaz de follártelo. ¿No te han explicado nunca que a los novios de tus amigas ni se les mira?

-Por favor... déjame que te explique.

-No quiero saber nada más de ti, a partir de ahora no existirás en mi vida. Fue un error ser tu amiga. Si es que puedo llamarte así, porque sinceramente ahora mismo sólo se me ocurren adjetivos despectivos contra tí; como por ejemplo: zorra, arpía, follanovios... Lo cierto es que te pegaría ahora mismo, pero no quiero lastimarme. Adiós.

Me fui de allí inmediatamente. Siempre he sido una chica buena, quizás muy inquieta y nerviosa, pero no sería capaz de matar ni una sola mosca, pero, últimanente estaba bastante agresiva cuando alguien me tocaba la moral.

Parece que todas mis relaciones acaban por culpa de unos cuernos.

*****

Decidí ir a casa de María, necesitaba hablar con ella y contarle todo.

-¡Hola! -dijo María al mismo tiempo que me abría la puerta de su casa.

-Hola -le di un abrazo, al instante noto que yo no estaba muy bien.

-Ey, ¿qué te pasa?

-Quedé con Pablo para contarle que había besado a otro chico y el me dejó diciéndome que se había tirado a la puta de Martina; a la que acabo de dejar muy clarito que no debe dirigirme la palabra nunca más.

-Siempre pensé que esa chica era una zorra, también se acercaba mucho a Javi...

-Pues ya sabes, saca la perra que llevas dentro si alguna vez ella esta cerca de tu novio, o te lo robará.

-Lo haré -reimos juntas.

Entre nuestras risas, sonó un mensaje en mi móvil de Adrián:

"Espero que esta noche tengas hambre, porque pienso prepararte una gran cena en mi casa a la que no podrás negarte, por el simple hecho de que yo podría ser tu postre.Paso a recogerte a las ocho."

Este texto iba acompañado de una foto en la que mostraba su precioso torso desnudo, siempre tan atractivo.

Claramente acepté su propuesta y decidí marcharme a casa para prepararme.

SiéntemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora