Love in the Supermarket.

🥰5.🥰

Ya habían pasado dos días cuando Louis volvió a entrar al super.

La verdad es que ahora mismo entraba solo porque se le había olvidado que era noche de películas con su hermano y necesitaba comprar helado y algunas golosinas.

Agarró un pequeño carrito y caminó por los pasillo hasta que llegó a las golosinas. Metió varias bolsas de frituras y unas cuantas de dulces antes de ir por el helado.

Se tardó algunos segundos en decidir por cuál llevarse y terminó llevándose tres botes de helado: vainilla, fresa y galleta. Quiso llevarse de chocolate pero luego recordó que en su casa tenía un bote.

Empujó su carrito hasta que llegó a la caja, ahora no había mucha gente por lo que no había necesitadad de formarse. Sacó sus cosas en silencio y agarró un paquete de chicles de los dulces que estaba bien acomodados ahí. Estuvo en silencio en todo momento hasta que Harry le dijo la cantidad de dinero que era.

La verdad es que quería hablar con él pero su omega aún no se le quitaba aquel enojo de haberlo visto con una omega días atrás. Así que era mejor estar en silencio.

Aunque no duró mucho.

"Te vi hace días en el centro comercial." dijo después de hartarse de estar callado.

"Acompañe a mi hermana de compras." respondió simplemente Harry encogiéndose de hombros.

"Oh." dijo Louis sintiendo sus mejillas sonrojarse. "No sabia que tenias una hermana."

"Que disfrute su compra." dijo Harry pasandole su tarjeta de crédito.

Louis asintio agarrado sus cosas, la voz de su hermano se escuchó en su cabeza.

"Louis." volteó a ver al alfa quien le miraba seriamente. "Es bueno volver a verte." dijo simplemente el alfa mientras se volteaba a atender a una señora.

Louis sintió sus mejillas sonrojarse.

Sonrió mientras caminaba o más bien corría hasta la salida. Entró a su auto y gritó.

"Ay Dios, ay Dios." susurró mientras pasaba sus manos por su cara. "¡Lo sabia!" puso su auto en marcha y salió de ahí.

Estaba feliz. Súper feliz. Mega feliz.

Harry no tenía pareja y además de que se había dado cuenta de que no había llegado en varias noches. Respiro profundo mientras prácticamente sentía la felicidad en su pecho.

Prendió la radio y dejó que la música fluyera por su cuerpo. La felicidad se sentía en su cuerpo y era muy probable que su hermano le preguntaba que era lo que pasó con el cajero.

Sonrió nuevamente.

Había estado en lo correcto.